Q’s Views

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Estaba en un paseo con mis perros sintiéndome mal por algo que no iba como yo quería, y entonces un pequeño rayo de luz de alguna manera rompió ese pensamiento y fui capaz de recordarme a mí mismo que la fe es un verbo. Mi enfoque de la vida es confiar en algo más grande que yo y no estresarme por los resultados… Él me tiene sin importar dónde caiga. Pero, ¿por qué tengo que recordármelo constantemente? Por qué tengo que seguir pasando por esa diapositiva en el pensamiento negativo y en última instancia empujar a mí mismo en el mejor lugar … porque soy humano y a veces ser humano simplemente apesta.

Odio el pensamiento negativo que me golpea hacia abajo a veces. Odio hacer cosas que son malas para mí sabiendo que son malas para mí. Odio ver cómo le pasan cosas malas a la gente buena. Odio la injusticia social, la guerra, la muerte, el dolor, los niños en apuros, las largas colas, los impuestos, cuando mi mujer y mis hijos están tristes, y odio especialmente cuando los Cubs no llegan a los playoffs.

Pregunté a la audiencia de Dos Marcos en Facebook qué odiaban del ser humano y Dale Read dijo que odia los problemas de salud que sigue teniendo como resultado de haber estado expuesto al agente naranja en Vietnam. (Gracias por tu servicio, Dale.) TJ Whelan odia su constante lucha contra la depresión. Y Dan White odia su insaciable deseo de querer siempre más. Yo también.

¿Se está deprimiendo? Espera, aquí es donde se vuelve. 🙂

Pero qué hay de las partes buenas de ser humano. Sentir el amor de mi esposa e hijos. La emoción y la anticipación de esperar la Navidad, los cumpleaños o un viaje a Silver Dollar City con mi familia. Conducir a cualquier lugar con la capota bajada y con mi lista de reproducción favorita a todo volumen. Ver a mis hijos hacer deporte. ¿Y qué hay del aprendizaje que se deriva de todas las cosas malas que ocurren? ¿Sentiríamos la alegría que sentimos si esas cosas no estuvieran ocurriendo también en nuestra vida?

Hay muchas razones para odiar las cosas difíciles que nos ocurren. Supongo que depende de nosotros no odiar realmente nada. Todo es perspectiva y cómo elegimos pensar en las cosas que suceden en nuestra vida. Hay mucha oscuridad ahí fuera, eso es seguro, pero también hay una cura para eso. Enciende una cerilla… a ver qué pasa.

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