Shotoku Taishi, el amanecer de Japón (574-622)
Shotoku Taishi es una verdadera leyenda. Un príncipe que nunca subió al trono, gran protector del budismo y redactor de la primera constitución de Japón. Es la figura paterna del país.
Fue Shotoku Taishi quien sacó a Japón de la prehistoria y lo convirtió en una nación siguiendo el modelo chino. Está en el origen de la arquitectura y las esculturas budistas japonesas, ya que fue él quien ordenó la construcción de los primeros templos budistas. Por cierto, es el inventor de la palabra Nihon, utilizada para referirse a Japón en japonés.
Siguiendo los pasos de Shotoku Taishi: hay que ir a Nara y visitar el templo de Horyu-ji que se le debe y sobre todo el edificio octogonal Yumedono, el sueño de la sala, donde se venera la estatua.
Kobô Daishi, el santo (774-835)
Kobo Daishi, o más bien el monje Kukai, es el más venerado de los budistas japoneses. Es el fundador de la escuela budista Tendai y se convirtió en el líder espiritual vivo más importante de Japón.
Su vida está llena de leyendas y milagros que todos los japoneses conocen. Cabe destacar que sus seguidores no creen en su muerte. Se dice que simplemente entró un día en profunda meditación, por lo que su cuerpo ha sido protegido y mantenido por los monjes a la espera de que se despierte.
Tras los pasos de Kobo Daishi: visita su isla natal de Shikoku y experimenta la ruta de peregrinación de 88 templos en el monte Koya o (donde descansa).
Oda Nobunaga, el Napoleón japonés (1534-1582)
Visto como el salvador de Japón o como un malvado tirano, Oda Nobunaga no deja indiferente a ningún japonés. Fue él quien inició el movimiento que permitiría la reunificación de Japón y el fin de las guerras civiles.
Es conocido por su crueldad y su patético final. En 1582, fue atrapado por uno de sus vasallos y llevado al suicidio cuando estaba a punto de unificar Japón.
Tras los pasos de Oda Nobunaga: puedes conocer a Oda Nobunaga directamente en el templo Honno-ji de Kioto, el templo donde terminó sus días y donde ahora descansa.
Tokugawa Ieyasu, Maquiavelo en el país del sol naciente (1543-1616)
Tokugawa Ieyasu fue el primer shogun del periodo Edo y el vencedor final de las guerras civiles del Sengoku. Es venerado en Japón como el unificador del país, el fundador de Tokio (Edo) y el padre del periodo Edo. Dejó su impronta, que aún hoy puede verse a través de los japoneses, al imponer sus ideas y su visión del mundo al estado que había formado.
Tras los pasos de Tokugawa Ieyasu: puedes visitar su tumba en Nikko, o en el castillo de Edo, en el corazón de Tokio. También se puede visitar su ciudad natal, Shizuoka, que conserva muchos objetos que le pertenecieron.
Sakamoto Ryôma, el revolucionario idealista(1836-1867)
No es una figura de primera importancia, pero se ha convertido a ojos de los japoneses en un símbolo del fin del shogunato, así como de un Japón que soñaba con abrirse al mundo y a la modernización. Sakamoto Ryoma fue un empresario, un samurái, un revolucionario y un idealista, que hizo posible la Restauración imperial Meiji, pero fue asesinado antes de que se completara.
Es un icono que se puede encontrar en casi todo: dramas (series de televisión), manga, camisetas o carteles….todos los visitantes ven su cara sin darse cuenta.
Tras los pasos de Ryoma Sakamoto: cita en el albergue Teradaya de Kioto, donde fue asesinado, o en Sanenzaka, la calle donde se escondía de los guardias del shogun. Por último, puedes visitarle en su tumba, en el templo Gokoku Jinja, donde descansa junto a otros revolucionarios.