No hay duda de que la placenta desempeña un papel increíble en la nutrición y el mantenimiento de tu bebé durante todo el embarazo. Pero una vez que el bebé ha nacido, no todo el mundo cree que el trabajo de este increíble órgano haya terminado.
Muchas culturas de todo el mundo tienen diferentes ideas sobre lo que debería pasar con la placenta después del nacimiento. Si a esto le añadimos algunas tendencias sentimentales modernas que se están imponiendo, las posibilidades de la placenta parecen estar limitadas sólo por tu imaginación.
Aquí tienes ocho cosas que puedes considerar hacer con tu placenta una vez que tu bebé haya terminado con ella.
Comidas de placenta (o cápsulas)
Muchos otros mamíferos comen habitualmente sus placentas después del parto, así que ¿por qué no íbamos a hacerlo los humanos, verdad? Aunque hay pocas pruebas científicas sobre los beneficios exactos para la salud de la placentofagia, muchas madres de todo el mundo optan por hacerlo, creyendo que les ayudará a combatir la depresión posparto y a aumentar su producción de leche materna. Si te apetece intentarlo pero no te convence hacer una pizza de placenta, siempre puedes pedir que te encapsulen la placenta en píldoras fáciles de tragar.
Bebidas de placenta
Otra forma de consumir ese órgano maduro que da vida a la madre, sin que se note su textura y sabor crudos, es hacer un batido de placenta. Parece que puedes tomar cualquiera de tus recetas favoritas de batidos, añadir unas cuantas rodajas de tu placenta y mezclarlas, ¡voilá! Pero, en nuestra opinión, tendrías que tener un estómago muy fuerte para llevar a cabo esta opción, ya que los expertos médicos desaconsejan comer placenta cruda debido a los riesgos de infección bacteriana o vírica.
Entierro de la placenta
Una tradición maorí muy arraigada entre nuestros vecinos neozelandeses consiste en enterrar la placenta después del nacimiento para simbolizar la conexión del bebé con la tierra y, en particular, con un lugar especial significativo para su herencia cultural.
Esta idea ha evolucionado, con familias de diversos orígenes que entierran la placenta en un lugar especial marcado por un árbol que crecerá a medida que el bebé crezca.
Joyas de placenta
Si la idea de no poder ver nunca el órgano que formó parte tan importante del primer capítulo de la vida de tu bebé te preocupa, ¿por qué no transformarlo en una pieza única de joyería?
Arte de la placenta
Una forma de homenajear a tu placenta es mediante la creación de una obra de arte especial que la homenajee a ella y al cordón umbilical por ser el árbol de la vida de tu bebé en el útero. El proceso consiste en que el artista disponga el órgano en forma de árbol sobre papel sin ácido y deje que la sangre de la placenta deje su huella. Las impresiones creadas pueden enmarcarse y exponerse.
Crema hidratante de placenta
Las cremas hidratantes a base de placenta de oveja llevan décadas a la venta en Australia, presumiendo de sus beneficios antienvejecimiento para la piel. Ahora se han presentado argumentos para que las mujeres utilicen su propia placenta en forma de crema o bálsamo para ayudar a reducir las cicatrices de la cesárea y las estrías, e incluso para curar los pezones agrietados.
Almacenar tu placenta para más adelante
¿Necesitas más tiempo para decidir? Aunque en Australia se ofrece el almacenamiento de la sangre del cordón umbilical y de las células madre, algunos otros países cuentan con instalaciones como el Cryobank que ofrecen almacenamiento congelado específicamente para que las placentas se conserven mientras las familias planean qué hacer con ellas después.
Déjala atrás
Si ninguna de las opciones anteriores te parece atractiva, no pasa nada. Puedes dejar la placenta en el hospital, marcharte con tu nuevo bebé y agradecer que haya hecho bien su trabajo.
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