Alexios Comnenos
Introducción: Alejo I o más comúnmente Alejo Comnenos fue un emperador bizantino. Perteneció a la dinastía Comnenos de gobernantes bizantinos. El reinado de Alejo duró desde finales del siglo XI hasta principios del siglo XII. Se le conoce sobre todo por haber convertido un Imperio Bizantino en declive en una fuerte sede de poder y por haberlo defendido con éxito contra las invasiones normandas en los Balcanes y la amenaza de los turcos selyúcidas en Asia Menor.
Aunque no fue el primer gobernante comneno, es con mucho el más destacado. Su restauración territorial, militar y económica del Imperio Bizantino se conoce como la “Restauración Komneniana”.
Vida temprana: Alexius nació en una familia aristócrata en 1056. Su padre, Juan Comnenos, era hermano del emperador bizantino Isaac I. Alejo tuvo cuatro hermanos y tres hermanas. Su madre, Dalassene, también pertenecía a un poderoso clan y, tras la muerte de su padre, desempeñó un importante papel en la ascensión de Alejo.
Tras la abdicación de Issac I, Johna Comnenos se negó a subir al trono. Como resultado, cuatro emperadores de otras familias gobernaron hasta la llegada de Alejo en 1081. Entre 1068 y 1081, Alejo y su hermano Isaac participaron en las campañas militares de Tracia, Asia Menor y Epiro.
Alejo asume el manto: Con la ayuda de su madre, la poderosa familia de su esposa, su hermano Issac y la emperatriz María, Alejo dio un golpe de estado contra el emperador Nikephoros III. La emperatriz María quería que su hijo de un matrimonio anterior, Constantino, se convirtiera en el próximo emperador. Alejo y su madre Ana vieron la oportunidad de arrebatar el trono a Nicéforo III y se aliaron con María. Le aseguraron que apoyarían el acceso de Constantino. Después del golpe, Alejo y Constantino asumieron el manto como co-gobernantes durante algún tiempo antes de que Alejo depusiera a Constantino y enviara a María a un monasterio.
Durante los treinta y siete años de gobierno de Alejo, hubo una severa lucha para sobrevivir contra las repetidas invasiones de normandos y turcos. El primer desafío al que se enfrentó fue el del aventurero militar normando Robert Guiscard. Alejo logró derrotarlo tras sufrir él mismo varias derrotas. A continuación, se dirigió a Tracia, donde la revuelta de los clanes paulicianos y pechenegos estaba perjudicando su causa. Una vez más, Alejo fue capaz de sofocar la revuelta.
Obtuvo una victoria decisiva contra los pechenegos en la batalla de Levounion en 1091. Tras pacificar los Balcanes, Alejo centró su atención en Asia Menor, donde los turcos selyúcidas habían invadido grandes extensiones de terreno. Pidió ayuda al Papa Urbano II, que le obligó a predicar la Primera Cruzada. Tras algunos reveses iniciales, la Primera Cruzada logró recuperar varias ciudades de los turcos. Como resultado, las fuerzas bizantinas recuperaron gran parte del oeste de Asia Menor.
Vida personal: Los historiadores atribuyen a Alejo el mérito de haber salvado al Imperio Bizantino de una amenaza existencial en el momento de su llegada. Dirigió hábilmente sus fuerzas para rechazar las graves amenazas de turcos y normandos. Su gran capacidad política le permitió forjar alianzas en momentos críticos que le fueron de gran utilidad. Sin embargo, su gobierno se hizo impopular con el paso del tiempo. La razón principal fue su persecución religiosa de las sectas paulinas y bogomiles. Sin embargo, se le atribuyó el mérito de haber introducido las tan necesarias reformas monetarias.
Introdujo el “Hiperpyron”, la nueva moneda que estabilizó la situación financiera de su imperio. Siempre estuvo bajo la influencia de su madre Anna. Tal era su influencia que, tras la llegada al trono de Alejo, asumió el título de “Augusta”, que en realidad pertenecía a la esposa de Alejo, Irene Doukaina. Tras una larga enfermedad, Alejo murió el 16 de agosto de 1118. Le sucedió su hijo Juan II Comnenus. Juan II se preparó bien para el cargo y demostró ser un gobernante capaz y admirable.