Antoni Gaudí (1852-1926)
Periodo final
Parece que Gaudí alcanzó su mayor fama y notoriedad en 1910, llamando la atención de unos americanos que le pidieron que construyera un hotel en Nueva York. Una exposición sobre la obra de Gaudí, promovida por Eusebi Güell, se celebró en el Grand Palais de París, de abril a junio de 1910, y algunos de los planos y fotografías allí expuestos se llevaron también un año después al I Salón de Arquitectura de Madrid. En 1911 tuvo fiebre maltesa y permaneció un tiempo en Puigcerda, donde su estado empeoró y, creyendo que había llegado su hora, redactó su testamento. Hasta el día de su muerte, trabajó exclusivamente en la Sagrada Familia, y en 1925 trasladó su residencia al estudio que tenía en el recinto.
El viejo Gaudí y su muerte
En su vejez, Gaudí era un hombre que se conformaba con poco y se vestía sin mucho cuidado; tanto es así que el día de su accidente nadie le reconoció mientras yacía en el suelo. El 7 de junio de 1926 fue atropellado por un tranvía en el cruce de la calle de Bailén con la Gran Vía, y los taxistas se negaron a llevar a un pobre vagabundo al hospital (la policía municipal les multó después por no asistir a un herido). No buscaba el contacto con los periodistas y evitaba las cámaras, por lo que hay pocas fotografías del arquitecto.
Este cambio de actitud puede haber sido causado por una serie de acontecimientos que tuvieron lugar a partir de 1912. Ese año murió su sobrina, Rosa Egea, que vivía con él en Barcelona. En 1914 muere su fiel colaborador, Francesc Berenguer Mestres, y por cuestiones de honorarios profesionales se enfrenta a la familia Milà en un litigio. En 1915, la continuidad de la construcción de la Sagrada Familia peligra por una grave crisis económica. En 1914, se interrumpe definitivamente la construcción de la Colonia Güell. Dos años más tarde, muere su amigo, el doctor Torras i Bages, arzobispo de Vic. En 1918, fallece su mejor amigo y mecenas, Eusebi Güell. Fueron acontecimientos tristes que le afectaron, pero que no limitaron su energía y deseo de ver realizada su mayor obra, la Sagrada Familia.
Gaudí murió a los 74 años (12 de junio de 1926), pero si no hubiera sido por el tranvía podría haber vivido muchos más años, ya que su padre había vivido hasta los 93, con todo su vigor. Media Barcelona se vistió de negro para rendir un último homenaje a un hombre que se había hecho muy popular, aunque pocos le habían conocido personalmente. Su cuerpo fue enterrado en la cripta del edificio donde había trabajado los últimos 43 años de su vida, la Sagrada Familia.
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