Muerte súbita
Puños de furia estableció récords de taquilla en Hong Kong que sólo fueron superados por la siguiente película de Lee, The Chinese Connection (1972). Lee creó su propia compañía cinematográfica, Concord Pictures, y comenzó a dirigir películas. La primera de ellas aparecería en Estados Unidos como Way of the Dragon. Lee estaba entusiasmado con su futuro. Le dijo a un periodista: “Espero hacer… el tipo de película en la que se puede ver la historia superficial, si se quiere, o se puede profundizar en ella”. Por desgracia, el 20 de julio de 1973, tres semanas antes de que se estrenara en Estados Unidos su cuarta película, Enter the Dragon, Lee murió repentinamente.
La causa oficial de la muerte de Lee fue una inflamación cerebral como reacción a una aspirina que había tomado para una lesión de espalda. Pero hubo rumores de que había sido envenenado por la mafia china o por poderosos miembros de la industria cinematográfica de Hong Kong. Otros decían que la compra de una casa en Hong Kong por parte de Lee había enfurecido a los demonios del vecindario, que le echaron una maldición que duraría tres generaciones. Esta teoría se reavivó el 18 de junio de 1993, cuando Brandon, el hijo de Lee, también murió en extrañas circunstancias. Durante el rodaje de la película El cuervo, le dispararon con una pistola que supuestamente sólo contenía balas de fogueo (que producen la apariencia de un disparo pero no hacen que se dispare ninguna bala), pero que en realidad tenía un cartucho vivo en la recámara.
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Las películas de Bruce Lee, aunque pocas, crearon una nueva forma de arte. En la década de 1990, sólo Enter the Dragon había ganado más de 100 millones de dólares, y la influencia de Lee podía encontrarse en el trabajo de muchos héroes de acción de Hollywood, como Jean-Claude Van Damme, Steven Seagal y Jackie Chan. En 1993, Jason Scott Lee (sin parentesco) apareció en Dragon: La historia de Bruce Lee.