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Mary, Mary, todo lo contrario, ¿cómo brilla tu jardín? El biólogo molecular de Missouri Alexander Krichevsky lo sabe. Ha diseñado plantas generadoras de luz que recuerdan al follaje de la película Avatar.

La mayoría de los organismos bioluminiscentes, incluidas las luciérnagas, obtienen su brillo de una reacción química entre la enzima luciferasa y una molécula llamada luciferina. Los científicos ya han intentado recrear el efecto en las plantas: En la década de 1980, los investigadores añadieron el gen de la luciferasa de una luciérnaga a células de plantas de tabaco. Pero las plantas cultivadas a partir de esas células no producían luciferina y necesitaban un rociado externo de la misma en forma líquida sólo para emitir un brillo débil y temporal.

Una planta con las luces encendidas, y su aspecto con las luces apagadas. (Crédito: William Stutz/Bioglow)

En 2010, tomando prestados genes de bacterias marinas, Krichevsky modificó el ADN de la planta de tabaco para incluir proteínas productoras de luciferasa y luciferina en un prototipo que acabó convirtiéndose en su planta brillante Starlight Avatar.

Krichevsky ha aumentado el brillo de la planta sin semillas en iteraciones posteriores. A lo largo de sus tres meses de vida, la planta emite ahora un resplandor verde que es tan luminoso como una estrella adhesiva que brilla en la oscuridad.

¿Quieres una? La empresa de Krichevsky, Bioglow, vendió el primer lote en una subasta el año pasado por un precio medio de 300 dólares por planta, pero dice que la próxima ronda, que se publicará próximamente en el sitio web de Bioglow (bioglowtech.com), tendrá un precio más asequible de 30 dólares por planta.

Este artículo apareció originalmente en la prensa como “Leafy Lighting”.

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