La disfunción eréctil se cobra más que un precio físico. El impacto emocional que la enfermedad puede tener en un hombre y en su pareja puede ser igual de difícil. Es habitual que los hombres con disfunción eréctil sientan ira, frustración, tristeza o falta de confianza. Sin embargo, la afección puede tratarse. El primer paso para abordar sus preocupaciones sobre la disfunción eréctil es ser sincero consigo mismo, con su pareja y con su médico. Una vez que la disfunción eréctil haya salido a la luz, afrontarla durante el tratamiento será más fácil y menos estresante. La comunicación es esencial para el éxito del diagnóstico y el tratamiento, así como para ayudar a su pareja a entender sus sentimientos.
Mientras esté recibiendo tratamiento para la disfunción eréctil, es importante ser paciente con su progreso y tener en cuenta que cada persona es diferente y que un tratamiento que puede funcionar para una persona puede no funcionar o ser apropiado para usted. También es importante saber que el tratamiento que elija puede no funcionar la primera vez o no funcionar siempre. Al menos el 90% de las veces la disfunción eréctil está causada por condiciones físicas como la diabetes o la enfermedad vascular periférica o las condiciones neurológicas.
Para algunas parejas, la terapia sexual puede ser necesaria para ayudarles a usted y a su pareja a afrontar la situación. También puede ayudarle escuchar a algunos hombres que tienen disfunción eréctil y conocer sus experiencias. Póngase en contacto con su médico para conocer los grupos de apoyo locales de su zona.