¿Qué metales no se pueden reciclar?
Prácticamente todos los metales se pueden reciclar, pero algunos son más difíciles de extraer que otros. El oro, por ejemplo, está presente en los dispositivos electrónicos, pero en cantidades tan pequeñas que su extracción no suele merecer la pena. Los botes de pintura y aceite son difíciles de reciclar debido a la contaminación, ya que el contenido ha impregnado el metal.
Metales peligrosos
El plomo se utilizaba antiguamente para las tuberías de agua y en los bares, antes de que se descubriera que era venenoso para los humanos. Sigue siendo un metal muy utilizado en los tejados, porque es blando y resistente a la corrosión. Es valioso, por lo que suele recuperarse y venderse tal cual. El plomo de las pinturas y de los aparatos eléctricos más antiguos no es reciclable.
¿Qué ocurre con una lata de bebida gaseosa cuando se recicla?
Así que, ahora que sabemos más sobre el reciclaje de metales, ¿cómo se recicla el metal? Hay varios métodos diferentes para distintos materiales, pero veamos uno de los ejemplos más comunes: una lata de bebida de aluminio.
En primer lugar, se recoge la lata, normalmente mezclada con el resto del reciclaje doméstico. Todo se lleva al centro de reciclaje para su clasificación, separando todo en grupos. Todas las latas de aluminio para bebidas se agrupan en la misma cinta transportadora. A continuación, se trituran en láminas o se desmenuzan para facilitar su procesamiento antes de entrar en un horno para fundirlas.
A continuación, el aluminio entra en un horno, calentado específicamente para fundirlo. Una vez licuado por completo, el aluminio se purifica raspando la escoria y desgasificándolo, a veces con aditivos químicos para acelerar el proceso. A continuación, el metal se funde en una forma fácilmente transportable y almacenable, como un lingote, antes de ser enfriado.
El aluminio purificado se convertirá en nuevas latas, coches, aviones… ¡cualquier cosa que requiera aluminio ligero!
Expertos en reciclaje de metales
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