La forma de crear el sonido es aplicando la presión de tus pulmones para hacer vibrar la caña. El primer paso es poner el labio inferior sobre los dientes inferiores. Esto crea un cojín entre la caña y tus dientes. A continuación, haz un gesto con la boca mientras utilizas los músculos de los pómulos para elevarte hacia los ojos. Aunque con el tiempo encontrarás tu propio estilo de embocadura (la embocadura son los músculos que rodean la boca), esto te ayuda a forzarte a no ejercer demasiada presión sobre la boquilla. Coloca la boquilla en tu boca más o menos donde la caña y la boquilla se encuentran. Deja que la caña y la boquilla se apoyen suavemente en tu labio inferior y que tus dientes superiores se apoyen en la parte superior de la boquilla. Cree el sello con el labio superior y las comisuras de la boca. Debe ejercerse la misma presión alrededor de la boquilla. Sopla en la boquilla con una presión de aire decente pero consistente. Evite morder la boquilla, ya que no conseguirá el sonido adecuado y puede hacerle daño. Cuando soples en la boquilla, debes tener un buen soporte de aire respirando desde el diafragma. Puedes respirar desde el diafragma imaginando que respiras desde los pies. Tu vientre debe sobresalir al inspirar. Asegúrate de no dejar que tus mejillas se inflen. A medida que te acostumbras a tocar y a usar el aire cada vez más, querrás tener un comienzo más preciso usando la lengua para enganchar la caña. Uno puede hacer esto poniendo su lengua en la lengüeta y empujando la presión del aire detrás de la lengua y luego soltando la lengua. Esto le dará un sonido más preciso y claro con el tiempo. Los elementos clave de un buen sonido son un soporte respiratorio adecuado y una buena embocadura. Se pueden conseguir diferentes notas presionando las teclas. El saxofón está configurado en dos octavas, una con la llave de octava y la otra sin la llave de octava. Consulte la tabla de teclas para conocer todas las notas.
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