La élite de la natación actual tiene un aspecto muy diferente al de hace una generación. Está claro que los nadadores de alto nivel de hoy en día son más poderosos, y parecen físicamente más fuertes que nunca antes.
¿Pero por qué?
Los nadadores de hoy en día se entrenan de forma muy diferente a los nadadores de hace una generación.
El alejamiento del entrenamiento de alto volumen ha puesto un mayor énfasis en las sesiones de entrenamiento de mayor intensidad orientadas a producir resultados específicos para la carrera.
Si rebobináramos 100 años, la metodología de entrenamiento popularizada por los mejores entrenadores del mundo consistía en condicionar a un atleta más allá de toda duda razonable para que estuviera listo para la competición. Las semanas de entrenamiento de 100 kilómetros eran algo habitual y por lo que se luchaba entre los centros de entrenamiento de élite de la natación.
Hoy en día, los entrenadores se centran mucho más en el entrenamiento de alta calidad, y hay una tendencia creciente en los regímenes de entrenamiento fuera del agua que mejoran el rendimiento en el agua.
Los nadadores y los entrenadores han priorizado el entrenamiento en seco, el trabajo pliométrico y el entrenamiento de resistencia como parte integral de sus rutinas de entrenamiento.
No es que los nadadores entrenen más que antes. El tipo de entrenamiento que realizan es diferente. Los nadadores de élite suelen dedicar hasta 30 horas semanales a su entrenamiento. En el pasado, estas 30 horas semanales de entrenamiento solían ser 30 horas de pura natación. Hoy en día, este bloque de 30 horas puede dividirse en 20 horas de entrenamiento en la piscina, 4 horas en la sala de pesas y 6 horas en tierra firme.
El nadador de élite que está madurando
La edad media de los nadadores que están en lo más alto del podio sigue madurando con el aumento de las oportunidades de patrocinio y los organismos nacionales de gobierno capaces de apoyar los sueños olímpicos de los atletas más tarde en su carrera.
Si echamos un vistazo a la historia olímpica, en 1984 la edad media de los medallistas olímpicos estadounidenses en natación era de 21,2 años para los hombres y de 18,7 para las mujeres. En 2012, la edad media de los medallistas era de 26,2 (hombres) y 21,4 (mujeres).
Los avances en la técnica, la nutrición, la recuperación y las oportunidades de entrenamiento para los posgraduados han permitido alargar las carreras de muchos atletas. Estas mejoras han ayudado a prevenir las lesiones y han permitido a los atletas prolongar significativamente sus años de competición.
Aunque hay casos atípicos (¿alguien se acuerda de Dara Torres?), los estudios han demostrado que la mitad de los 20 años de un atleta es el punto óptimo para el rendimiento deportivo. Esto, junto con un mayor enfoque en el entrenamiento de fuerza, es una de las razones por las que los mejores nadadores de hoy en día son muy diferentes a los de hace una generación.
¿Y qué? No hay duda de ello. Los tiempos de los nadadores en todos los niveles, desde los grupos de edad hasta los Juegos Olímpicos, reflejan los cambios en el entrenamiento. Si nos remontamos a la época de los supertrajes de poliuretano, los medios de comunicación no tardaron en exagerar los beneficios de estos trajes tecnológicos, ahora ilegales, para mejorar el rendimiento.
Sólo hicieron falta unos pocos años para borrar casi todos los récords establecidos durante la época de los trajes de 2008-2009. Es probable que todos los récords establecidos durante ese período se borren en los próximos dos ciclos olímpicos. Los récords están pensados para ser batidos, así que es muy apropiado ver cómo una nueva era de nadadores se levanta aprovechando los nuevos regímenes de entrenamiento para superar los límites del rendimiento humano.
¿Continuarán los nadadores haciéndose más fuertes: Sí!
¿Los nadadores acabarán pareciendo culturistas? Probablemente no, pero no hay duda de que los nadadores seguirán haciéndose más fuertes tanto dentro como fuera del agua para batir récords que nunca pensamos que se batirían en nuestra generación.