Al considerar la historia del Imperio de los Habsburgo después de 1867, es importante destacar que el Estado tuvo de hecho tres gobiernos. En la cúspide se encontraba la administración conjunta austro-húngara con los ministerios comunes de asuntos exteriores, guerra y finanzas. Además, existían gobiernos separados para Austria y para Hungría. La principal figura unificadora de este acuerdo era Francisco José, que era emperador en Austria y rey en Hungría. Aunque era un monarca constitucional en todo su reino, tenía diferentes poderes en cada mitad. En la práctica, su influencia en los asuntos militares y la política exterior era fuerte, pero no podía controlar eficazmente los acontecimientos internos en ninguna parte de su dominio. Otro elemento unificador era el hecho de que delegaciones de sesenta miembros cada una del Reichsrat austriaco y del Parlamento húngaro se reunían alternativamente en Viena y Budapest para tratar ciertos problemas comunes. Sin embargo, para la mayoría de la población de los Habsburgo, las decisiones de los gobiernos austríaco y húngaro por separado eran más importantes que el trabajo de las instituciones conjuntas. Se recordará que a Austria se le asignaron Bucovina, Dalmacia y las tierras eslovenas; la gran mayoría de los croatas, serbios y rumanos de los Habsburgo, sin embargo, vivían en las tierras de la corona húngara (véase el mapa 2).
Aunque esta narración trata principalmente de las poblaciones eslavas del sur y rumanas, sus problemas específicos no dominaron la vida política de la monarquía.