por John Oró, MD
Una breve mirada a la neuroanatomía
El cerebro está encerrado y protegido por un cráneo redondo hecho de hueso rígido. La parte inferior del cráneo contiene múltiples aberturas llamadas forámenes por los que pasan los nervios y los vasos sanguíneos. El interior del cráneo, llamado espacio intracraneal, está parcialmente separado en dos compartimentos por una estructura similar a una tienda de campaña llamada tentorio. El gran compartimento situado por encima del tentorio se denomina compartimento supratentorial y el compartimento situado por debajo del tentorio se denomina compartimento infratentorial. (La mayoría de los médicos llaman al compartimiento infratentorial la fosa posterior.
El compartimiento supratentorial contiene las dos mitades del cerebro conocidas como hemisferios cerebrales. Los hemisferios se unen en una zona central profunda llamada diencéfalo. A través de una abertura situada delante del tentorio, el diencéfalo se conecta con el tronco cerebral. En la parte posterior del tronco cerebral se encuentra el cerebelo. El tronco cerebral continúa a través de una abertura en la parte inferior del cráneo, llamada foramen magnum, y se conecta con la médula espinal. La médula espinal discurre por el canal espinal.
Dentro del cerebro hay cuatro cavidades llenas de líquido cefalorraquídeo llamadas ventrículos. Dos grandes ventrículos en forma de C, llamados ventrículos laterales, están situados dentro de los hemisferios cerebrales y están conectados por dos pequeños túneles (el agujero de Monro) con el tercer ventrículo. Desde el tercer ventrículo, el líquido cefalorraquídeo fluye a través de un pequeño túnel conocido como Acueducto de Silvio hasta el cuarto ventrículo, situado entre el tronco cerebral y el cerebelo. El líquido cefalorraquídeo sale del cuarto ventrículo a través de tres aberturas: dos aberturas en el lateral del cuarto ventrículo llamadas foramen de Luschka y una en el fondo del cuarto ventrículo llamada foramen de Magendie. Desde estos tres forámenes, el líquido cefalorraquídeo fluye fuera del sistema ventricular hacia la superficie del cerebro, así como hacia el canal espinal y hacia arriba. El líquido cefalorraquídeo es creado por un mechón de tejido vascular llamado plexo coroideo que está presente dentro de cada ventrículo. Con cada latido del corazón, la sangre que pasa por el plexo coroideo se filtra para crear un líquido incoloro que parece agua llamado líquido cefalorraquídeo o LCR. El líquido cefalorraquídeo baja por los ventrículos, sale por las tres aberturas del cuarto ventrículo y fluye alrededor del cerebro y la médula espinal. El líquido cefalorraquídeo vuelve a subir al sistema vascular a través de una gran vena situada en la parte superior del cerebro llamada seno sagital. A través de unas conexiones especiales llamadas granulaciones aracnoideas, el líquido cefalorraquídeo drena hacia el seno sagital. Aquí se convierte en parte de la sangre que drena a través de las venas yugulares hacia el corazón. Con cada latido del corazón, se crea una pequeña cantidad de líquido cefalorraquídeo dentro de los ventrículos al mismo tiempo que una pequeña cantidad es tomada por las venas, manteniendo el sistema en equilibrio.