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El HPF, diseñado por un equipo de investigadores de Penn State, está instalado en el telescopio Hobby-Eberly de 10 metros del Observatorio McDonald, en Texas. Este instrumento proporciona las mediciones más detalladas posibles de las estrellas de baja masa cercanas a nuestro propio sistema solar.
“Utilizando el HPF, actualmente estamos estudiando las estrellas de baja masa más cercanas -también llamadas enanas M, que son las más comunes en la galaxia- con el objetivo de descubrir exoplanetas en nuestra vecindad estelar”, dijo Suvrath Mahadevan, profesor de astronomía y astrofísica en Penn State.
Entregado por primera vez en el Hobby-Eberly Telescope a finales de 2017, el instrumento comenzó sus operaciones científicas completas un año después. El HPF, diseñado para estudiar mundos en la zona habitable que rodea a sus estrellas, donde las temperaturas permiten la polinización del agua en mundos con atmósferas significativas.
La calibración de los espectros obtenidos por el instrumento se calibra utilizando un peine de frecuencias láser de nueva generación, una herramienta de gran precisión para medir varias longitudes de onda de la luz.
Los hallazgos sobre G 9-40b fueron confirmados por astrónomos que utilizaron el telescopio de 3,5 metros del Observatorio de Apache Point y el telescopio Shane de tres metros del Observatorio Lick.
Usando una técnica ideada por Stefánsson en su tesis doctoral, los investigadores del Observatorio de Apache Point definieron mejor la forma de tránsito del mundo -la curva de luz que representa cuánta luz es bloqueada por un exoplaneta cuando pasa por delante de su estrella madre.
Las imágenes de alto contraste tomadas en el telescopio Shane proporcionaron pruebas convincentes de que la estrella G 9-40 es la fuente de la radiación electromagnética vista por Kepler y otros telescopios astronómicos.
Este mundo es casi ideal para futuros estudios con el telescopio espacial James Webb, cuyo lanzamiento está previsto para 2021, así como con los telescopios ARIEL y Extremely Large Telescope (ELT).
El análisis de los datos se publicó en The Astronomical Journal.