Las parejas que exploran la posibilidad de adoptar un embrión congelado se preguntan cómo será para su hijo conocer su historia de origen cuando crezca. Cómo afectará a su salud y bienestar general el hecho de haber nacido de un embrión congelado? ¿Les afectará durante su adolescencia?
Conozca a Hannah. Hannah fue uno de los primeros “bebés copo de nieve”, nacidos de un embrión congelado adoptado a través de un modelo de adopción abierta. Ahora es una chica feliz y sana de 15 años que habla con mucha inteligencia sobre su adopción como embrión, y ella y sus padres son defensores de que más gente conozca la opción de la adopción de embriones para hacer crecer su familia. Hannah tenía sólo 12 años cuando fue entrevistada para este vídeo:
Los padres de Hannah mantuvieron una política de apertura y honestidad con su hija, y le dieron información sobre sus orígenes de una manera apropiada para su edad. Las agencias de adopción de embriones creen que ésta es la mejor manera de contarle a su hijo, y para la mayoría de los niños, simplemente se convierte en una parte natural de su historia personal. Cuando este tipo de comunicación se establece con un niño a una edad temprana, le permite hacer preguntas y obtener la información que necesita de una manera que resulta cómoda tanto para el niño como para los padres. Junto con un modelo de adopción abierta que les permite tener acceso a la información de su familia biológica, los “bebés copo de nieve” pueden crecer tan felices, sanos y bien adaptados como un niño nacido por cualquier otro método.
Puede leer más historias de adopción de embriones o ver vídeos de otras familias que han pasado por el proceso de adopción de embriones visitando www.embryoadoption.org.