No hay nada que añada un sabor y una textura más reconfortantes a la comida que la nata espesa. El único inconveniente es que la nata espesa también puede dejarle con una sensación de saciedad excesiva, muy rápidamente, y hay dos buenas razones para ello, como puede ver en la comparación de la etiqueta nutricional adjunta (véase la foto de arriba).
La conclusión es que la nata espesa tiene más del doble de calorías y cinco veces más contenido de grasa que la leche evaporada. Lo primero que hay que observar en la comparación de las etiquetas es que el tamaño de la porción de la nata espesa (1 cucharada) es la mitad del tamaño de la porción de la leche evaporada (2 cucharadas). Eso significa que onza por onza (2 cucharadas = 1 onza), la nata espesa tiene 100 calorías, todas ellas atribuidas a la grasa, como sigue 10 gramos de grasa total, de los cuales 7 gramos son de grasa saturada, y un contenido de colesterol de 40 mg. La misma onza de leche evaporada tiene 40 calorías, 20 de las cuales se atribuyen a la grasa así 2 gramos de grasa total, de los cuales 1,5 gramos son de grasa saturada, y 10 mg de colesterol.
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