Si tiene alergia al queso, probablemente significa que es alérgico a los lácteos. La mayoría de las alergias a los lácteos desaparecen a los tres años de edad, por lo que debe consultar a su médico para saber si está sufriendo una verdadera alergia o si tiene una intolerancia a la lactosa o a otra sustancia presente en el queso. Una verdadera alergia a los lácteos puede provocar síntomas entre minutos y horas después de comer queso. Estos síntomas pueden incluir sibilancias, urticaria, vómitos, diarrea, calambres, secreción nasal, ojos llorosos y picor en la piel. En raras ocasiones, puede producirse una anafilaxia potencialmente mortal.

Con una verdadera alergia al queso, su cuerpo está reaccionando a una proteína o a unas cuantas proteínas que se encuentran en la leche: La caseína y el suero son los culpables más probables. Estas proteínas parecen peligrosas para su sistema inmunológico, por lo que libera un anticuerpo llamado inmunoglobulina E para combatirlas. Durante la lucha, se libera histamina, que provoca los síntomas. En algunos casos, lo que parece ser una alergia al queso es en realidad una sensibilidad a las histaminas que se encuentran de forma natural en quesos curados como el parmesano, el camembert, el brie, el gruyere, el cheddar y el roquefort. Normalmente, cuando se comen alimentos que contienen histamina, una enzima llamada diaminooxidasa ayuda a descomponerla para que no se note. Pero para las personas con niveles bajos de esta enzima que comen queso curado, las histaminas provocan las mismas reacciones que tendría una persona alérgica si produjera la histamina por sí misma durante la batalla contra las proteínas de la leche. Uno de los síntomas más comunes de la intolerancia a la histamina es el sarpullido.

La otra afección que suele confundirse con una alergia al queso es la intolerancia a la lactosa; Sin embargo, esta intolerancia es el resultado de un mal funcionamiento del sistema digestivo y no de un mal funcionamiento del sistema inmunitario. Los signos de la intolerancia a la lactosa están relacionados con la digestión, como la hinchazón, la diarrea y los gases.