Thomas V. Mincheff, MD
Cirujano General
Departamento de Cirugía
Carolina Pines Regional Medical Center
Hartsville, SC
El drenaje persistente del ombligo se observa con mayor frecuencia en pacientes pediátricos y suele estar asociado a onfalitis, quistes del conducto uracal, restos del conducto onfalomesentérico o granulomas umbilicales. En este informe se describe un caso inusual de drenaje seroso anormal del ombligo de un adulto al que posteriormente se le encontró un cuerpo extraño incrustado en la profundidad del canal umbilical. El paciente no tenía antecedentes aparentes de traumatismo, y una revisión de la literatura no arrojó ningún caso similar.
Informe de un caso
Un hombre negro de 29 años de edad, obeso y con retraso leve, fue remitido para la evaluación y el tratamiento de un ombligo que drenaba crónicamente, lo que se pensó inicialmente que era resultado de una mala higiene debido a su obesidad. En la exploración física, el ombligo parecía normal externamente. La inserción del dedo índice en el canal profundo no reveló ninguna masa o material extraño. No había signos de infección, y el paciente nunca refirió dolor o sensibilidad. Dado que no había signos externos evidentes de anormalidad, excepto por la secreción umbilical no olorosa, se obtuvo una tomografía computarizada (TC) de su abdomen. Esta reveló un objeto metálico inusual incrustado en la profundidad del canal umbilical, muy por debajo de la piel (Figura 1). Tanto el paciente como su padre, que le había acompañado a la consulta, negaron cualquier antecedente de traumatismo y se mostraron desconcertados por los %uFB01ndings.
El paciente fue sometido posteriormente a una intervención quirúrgica para extraer el cuerpo extraño desconocido. Se realizó una incisión vertical a través de la porción media del ombligo. Los bordes de la piel se sujetaron con pinzas Allis, y se evertió el ombligo. El cuerpo extraño se encontró a casi 2 cm por debajo de la superficie de la piel. Los %uFB01ndings intra y postoperatorios identificaron un rollo de alambre de 5 cm, similar al que se %uFB01nd en un cuaderno de espiral, alojado profundamente en el canal umbilical y rodeado por una gruesa capa de tejido de granulación (Figura 2). Tras la extracción del cuerpo extraño, se reconstruyó el ombligo. La recuperación de la paciente fue sin incidentes, y un seguimiento postoperatorio del intestino delgado con%uFB01rmó que no había comunicación entre el intestino delgado y el ombligo.
Discusión
Una revisión de la literatura encontró muy poco sobre el tema de los cuerpos extraños en el ombligo. Las lesiones autoin%uFB02icadas son infrecuentes y suelen limitarse a lesiones cutáneas super%uFB01ciales. Sin embargo, en 1985, Watson informó del caso de un hombre de 22 años con un grave trastorno de la personalidad que introdujo dos bolígrafos profundamente en la piel junto al ombligo, creando una abertura en la cavidad abdominal a través de la cual introdujo cerillas1. No se ha informado de casos similares.
Con respecto al paciente con retraso leve de este informe, la única explicación obvia de cómo la bobina de alambre se incrustó en lo profundo de su ombligo es por autoinflamación o porque otro individuo la empujó allí en algún momento del pasado del paciente. La tomografía computarizada y el seguimiento postoperatorio del intestino delgado descartaron cualquier comunicación entre el ombligo y el tracto gastrointestinal; por lo tanto, ésta no era una posible vía para el inusual cuerpo extraño.
El drenaje persistente del ombligo suele estar asociado con onfalitis, quistes uracales, restos del conducto onfalomesentérico o granulomas umbilicales. Los catéteres de polietileno retenidos en la arteria umbilical que actúan como cuerpo extraño también se han observado en la literatura como causa de drenaje crónico del ombligo.2,3 La causa más común de drenaje umbilical es un granuloma umbilical. El hecho de que el conducto vitelino, la alantoides o los vasos umbilicales no experimenten una involución normal completa da lugar a restos persistentes de estas estructuras.4 Una infección leve probablemente desempeña un papel en el desarrollo de algunos casos de granulomas umbilicales, que suelen tratarse con nitrato de plata tópico o diatermia.5 La ecografía puede ser útil para descartar la presencia de un seno o tracto intraperitoneal asociado.4 Se ha utilizado la fistulografía para evaluar un seno umbilical, pero puede ser poco fiable a la hora de demostrar el tracto del seno y cualquier quiste comunicante.4
El diagnóstico diferencial de un granuloma umbilical debe incluir un uraco permeable, un conducto vitelino persistente y un pólipo umbilical, todos los cuales requieren tratamiento y manejo quirúrgico.5 La paciente no tenía antecedentes de descarga de orina o heces a través de un orificio cutáneo, lo que excluía el diagnóstico de uraco permeable o conducto vitelino permeable. Un seguimiento postoperatorio del intestino delgado descartó de forma concluyente esta rara posibilidad. Un conducto vitelino permeable puede causar un ombligo inflamado, pero es más frecuente que se presente como un pólipo umbilical en una etapa posterior de la vida.6 Los pacientes que presentan un granuloma umbilical deben ser evaluados para detectar un granuloma piogénico y un granuloma umbilical de talco, ambos con aspectos y características histológicas diferentes.5
Conclusión
El drenaje anormal del ombligo en un adulto obeso no debe atribuirse automáticamente a una mala higiene, y deben considerarse seriamente otras causas. En este caso se obtuvo una tomografía computarizada del abdomen porque el paciente no tenía signos externos evidentes de anormalidad, excepto por la secreción umbilical no olorosa. Se encontró un cuerpo extraño inusual incrustado profundamente en la pared abdominal, a nivel del ombligo. En un individuo ligeramente retardado, la auto-infección debe ser considerada como una posible causa, particularmente si no hay historia de trauma. Aunque el drenaje o la secreción anormales del ombligo son raros en los adultos, no debe descartarse un uraco permeable, un conducto vitelino, un pólipo umbilical, un granuloma umbilical o un catéter de la arteria umbilical retenido al hacer un diagnóstico diferencial.