Los descensos de los niveles de agua inducidos por la sequía han sido extremos en algunos embalses como el lago Mead, en el suroeste de Estados Unidos. Imagen vía U.S. Geological Survey.
Durante el siglo XXI, es probable que se produzca una grave escasez de agua en varias zonas de Estados Unidos, a menos que se tomen pronto medidas para adaptarse a los futuros cambios en los recursos hídricos, según un nuevo estudio.
El estudio, publicado el 28 de febrero de 2019 en Earth’s Future, no solo analizó las tendencias futuras del suministro y la demanda de agua en todo el territorio contiguo de Estados Unidos, sino que también examinó qué medidas de adaptación serían las más efectivas de utilizar. El análisis demostró que la reducción del uso del agua para la agricultura será probablemente una de nuestras mejores herramientas de adaptación.
La escasez de agua se produce inevitablemente cuando la demanda de agua supera el suministro. En Estados Unidos, se espera que la demanda de agua aumente ampliamente a medida que la población crezca desde su tamaño actual de aproximadamente 328 millones de personas hasta 514 millones de personas en 2100. Mientras tanto, los suministros de agua sufrirán cambios variables en respuesta al cambio climático. En algunas comunidades, se espera que los suministros disminuyan a medida que las temperaturas se calienten y las sequías sean más comunes. En otras comunidades, los suministros podrían aumentar si las precipitaciones se incrementan como se espera, pero el aumento de las temperaturas seguirá impulsando las tasas de evaporación del agua y pondrá a prueba los suministros de agua en muchas áreas.
De las 204 cuencas hidrográficas examinadas en EE.UU., es probable que se produzca escasez en 83 cuencas en el futuro cercano (2021-2045), en 92 cuencas en el futuro medio (2046-2070) y en 96 cuencas en el futuro lejano (2071-2095) si no se toman medidas de adaptación, según el nuevo estudio. Se prevé que esta escasez se produzca incluso con mejoras continuas en la eficiencia del agua al ritmo en que la eficiencia del agua está cambiando hoy en día.
Frecuencias de escasez de agua que pueden esperarse en las cuencas hidrográficas de Estados Unidos en el futuro medio (2046-2070) si no se toman medidas de adaptación. Imagen vía Brown et al. (2019) Earth’s Future, vol. 7.
Para evitar la escasez, los científicos utilizaron su modelo de recursos hídricos para examinar la eficacia de varias medidas, como el aumento del almacenamiento en los embalses, la reducción de los caudales en las corrientes y el agotamiento de las aguas subterráneas, entre otras. El aumento del almacenamiento en los embalses, que puede servir para almacenar agua cuando es abundante para después escasearla, resultó ser muy ineficaz en muchas de las regiones propensas a la sequía, en las que simplemente no se dispone de agua para dicho aumento. En cuanto a la desviación de agua de los arroyos y ríos y el aprovechamiento de más reservas de agua subterránea, estos enfoques ayudarían a reducir la escasez, pero conllevarían fuertes costes externos. Por ejemplo, la extracción excesiva de agua podría provocar el colapso de las poblaciones de peces. Por ello, los autores advierten que no se debe depender en exceso de su uso, aunque reconocen que la presión para emplear estas opciones probablemente aumentará en el futuro.
De todas las opciones estudiadas, la reducción del uso del agua para la agricultura parece ser la más prometedora para prevenir la escasez de agua. Según los científicos, esto podría lograrse realizando mejoras drásticas en la eficiencia del riego más allá del ritmo actual de los avances tecnológicos, así como abandonando las prácticas de riego en los cultivos de bajo valor.
Está claro que las futuras decisiones que muchas comunidades tendrán que tomar para mantener un suministro de agua adecuado no serán fáciles, como demuestra este nuevo y aleccionador estudio. Estudios de planificación exhaustivos como éste pueden ayudar a orientar a las comunidades hacia las mejores opciones. También merecerían la pena futuros estudios para explorar otras opciones de conservación del agua. Sandra Postel, experta en temas de recursos hídricos, defiende un enfoque tecnológicamente más inteligente y natural para arreglar nuestros ciclos hídricos rotos, que podría incluir soluciones como sistemas de riego de precisión y restauración de humedales. Recientemente escribió en Trend:
Es tentador intentar resolver nuestros problemas de agua con presas más grandes, pozos más profundos y trasvases más largos. Pero, como nos recordó Albert Einstein hace décadas, “no podemos resolver los problemas utilizando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando los creamos”. Eso significa pensar de forma diferente sobre cómo usamos, gestionamos y valoramos el agua. Y significa averiguar cómo reparar y reponer el ciclo del agua incluso mientras prosperamos. Es una tarea difícil. Pero algunos pioneros están mostrando el camino.
En resumen: Es probable que en el futuro haya escasez de agua en algunas zonas de EE.UU., dada la creciente demanda de agua y la disminución de las reservas. Un nuevo estudio sugiere que la reducción del uso del agua para la agricultura puede ser uno de los mejores enfoques para evitar la futura escasez de agua.
Fuente: Adaptación a la futura escasez de agua en Estados Unidos causada por el crecimiento de la población y el cambio climático
Deanna Conners es una científica ambiental que tiene un doctorado en toxicología y una maestría en estudios ambientales. Su interés por la toxicología se debe a que creció cerca del Love Canal Superfund Site en Nueva York. Su trabajo actual consiste en proporcionar información científica de alta calidad al público y a los responsables de la toma de decisiones y ayudar a crear asociaciones interdisciplinares que ayuden a resolver los problemas medioambientales. Escribe sobre la ciencia de la Tierra y la conservación de la naturaleza para EarthSky.