Muchas personas se sorprenden cuando descubren lo importante que es aprender las onomatopeyas japonesas para conseguir un dominio natural del idioma. Esto se debe a que, en la mayoría de los otros idiomas, las palabras sonoras sólo se utilizan en contextos muy específicos. En inglés, por ejemplo, las onomatopeyas escritas se limitan generalmente a los cómics, donde proporcionan efectos sonoros a diversas acciones, como bonk para alguien que recibe un golpe en la cabeza, o pow para el impacto de un fuerte puñetazo.
De forma similar, las onomatopeyas habladas en inglés se limitan principalmente al lenguaje de los bebés, como una forma de atraer a los niños pequeños con sonidos divertidos que compensan su limitado vocabulario. Los ejemplos más comunes son los diferentes sonidos que hacen los animales, como woof para un perro, meow para un gato y moo para una vaca. Hay decenas de ellos, que los niños aprenden de forma natural a medida que crecen como parte normal de su lenguaje. Sin embargo, es interesante que estos mismos niños aprendan rápidamente a “superar” esta parte expresiva de su vocabulario, ya que en general se considera infantil en el mejor de los casos e inapropiada para el habla o la escritura normal.
Sin embargo, este no es el caso del japonés. Los estudiantes de la lengua se dan cuenta rápidamente de que las onomatopeyas desempeñan un papel muy importante en el habla japonesa corriente, tanto para los niños como para los adultos. Desde las novelas literarias hasta los adultos que hablan de negocios, se puede esperar encontrar una buena dosis de onomatopeyas, al igual que otras partes del discurso como los adjetivos y los adverbios. Esto permite a las personas expresarse de forma descriptiva y conceptual que de otro modo sería imposible.
Tipos de onomatopeya: Giongo & Gitaigo
Lo que es importante señalar es que la onomatopeya japonesa se presenta en dos categorías principales. Se conocen como giongo y gitaigo, y entender las diferencias entre ellas ayudará a los estudiantes a comprender mejor su propósito y valor en el japonés natural.
En el caso del giongo, son palabras que representan o imitan un sonido particular. Es lo que solemos pensar cuando nos referimos a la onomatopeya en inglés. Frases como splish-splash (el sonido de las salpicaduras de agua) y cock-a-doodle-doo (el grito de un gallo) son imitaciones directas de cómo los angloparlantes expresan esos sonidos del mundo real. Naturalmente, cada cultura tiene su propia impresión de cómo son estos sonidos. En japonés, cock-a-doodle-doo se transmite más bien como kokekokkou, mientras que beep se representa normalmente como bii.
La segunda categoría, gitaigo, es un poco diferente. A diferencia de las palabras “sonoras” anteriores, el gitaigo se refiere más bien a la mímesis: palabras que representan cosas que en realidad no producen un sonido. Por ejemplo, un dolor de cabeza intenso puede describirse con la frase gingin, mientras que el acto de mirar fijamente a algo o a alguien puede transmitirse con jii. Esta forma de onomatopeya permite expresar el aspecto, el concepto o la psicología de algo de forma sucinta y clara. Esta es una de las principales razones por las que la onomatopeya es una parte indispensable del habla y la escritura japonesas, y es la razón por la que un diccionario dedicado a la onomatopeya japonesa es tan importante para los estudiantes del idioma que pretenden ganar fluidez.
Un diccionario de onomatopeyas japonesas
La onomatopeya japonesa es un diccionario completamente nuevo que se centra en las frases giongo y gitaigo. De hecho, como indican muchas de las entradas del libro, no es raro que una frase tenga ambas lecturas, giongo y gitaigo (es decir, un significado “sonoro” y otro más conceptual “no sonoro”). Dado que muchas de estas palabras transmiten un espectro de sonido o sensación, se han enumerado los equivalentes ingleses más relevantes para cada una de ellas, proporcionando a los lectores una comprensión práctica de cómo se utiliza este colorido lenguaje.
Aunque la gran cantidad de expresiones onomatopéyicas en japonés puede ser intimidante al principio, los estudiantes pronto notarán cómo los sonidos caen en patrones predecibles con respecto a su significado, al igual que lo hacen en inglés. Prestando atención a estos patrones, los estudiantes pueden impulsar sus estudios e incluso hacer conjeturas sobre el significado de palabras desconocidas. Esta es una parte natural del aprendizaje del idioma, y hay pocas partes del discurso tan culturalmente íntimas como la onomatopeya.
Con este fin, espero que este diccionario de sonidos animados y frases miméticas le sirva de valiosa referencia mientras aprende a leer y hablar japonés. Sin duda, añadirá un nuevo nivel a tu capacidad de expresarte de forma divertida, descriptiva y natural.
– Maki Hayasaka
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