Los avances en la tecnología, la metalurgia, las tácticas militares y los cambios en la moda influyeron en gran medida en la evolución de las armaduras personales, permitiendo la creación de muchos tipos de armaduras que nos ayudaron a llegar a los tiempos modernos en los que la química avanzada y la producción industrial han permitido la creación de armaduras corporales modernas. La historia de las armaduras se divide en varios periodos de tiempo distintos, en los que su fabricación y propósito cambiaron significativamente.
Tipos de armaduras por periodo histórico:
Armaduras pre-metálicas – Durante los primeros tiempos de la historia moderna de la humanidad, los soldados y las fuerzas de mantenimiento de la paz utilizaban una amplia variedad de equipos de protección que estaban orientados a ser utilizados tanto por los soldados a pie como por los soldados de caballería que necesitaban tener una gran movilidad y rango de movimiento. Este equipo de protección se fabricaba principalmente con madera, pieles de animales y, en muy pocos casos, con simples placas creadas con metales ligeros. Una de las armaduras no metálicas más famosas de la antigüedad fue la armadura de cuerpo superior Linothorax, utilizada por los soldados macedonios y griegos entre el año 1000 a.C. y el 31 a.C..
Primeras armaduras corporales metálicas – El gran cambio en la historia de las armaduras se produjo, sin embargo, con la introducción de las primeras armaduras de bronce de cuerpo entero (coraza, hombreras, petos y placas de protección inferiores) hace unos 3.500 años en la Grecia prerrepublicana. Los historiadores afirman que una de las primeras armaduras de cota de malla hecha con anillos de hierro entrelazados fue creada por el pueblo celta en el 500 a.C. de Europa Oriental. Este diseño se propagó por Europa gracias a las migraciones de celtas hacia el oeste. Otro diseño popular eran las armaduras de anillos, que en lugar de “monedas” utilizaban anillos ensartados por encima de la camisa de cuero que estaban destinados principalmente a prevenir las heridas leves de los cortes de espada y cuchillo.
Armaduras romanas – La historia de las armaduras alcanzó un punto crucial con la llegada del Imperio Romano y su poderío militar organizado que se basaba en gran medida en tropas bien entrenadas y el uso de armaduras de metal. Los dos tipos de armadura más populares eran la “lorica hamata”, una armadura de correo que utilizaba hasta 30 anillos y que tenía el diseño básico del Linothorax griego, y la “lorica segmentata”, que utilizaba tiras metálicas segmentadas de varios metales que se sujetaban mediante la red de tiras de cuero internas. En los siglos III y IV d.C., la lorica segmentata dejó de utilizarse y la lorica hamata se convirtió en la armadura estándar del ejército romano.
Armaduras asiáticas – Las armaduras asiáticas se basaban principalmente en metales ligeros que a veces se mezclaban con piezas de madera. Los diseños más populares en China y Japón eran las armaduras basadas en el diseño Lamellar (pequeñas placas de armadura atadas en filas horizontales), la capa de placas de cuero, las brigandinas de metal o de madera y, por supuesto, las armaduras Samurai muy elaboradas que culminaron en el diseño de seis piezas “Ō-yoroi”.
Armaduras de la Edad Media y el Renacimiento – Tras la caída del Imperio Romano, los soldados europeos (más comúnmente los nobles que tenían fondos para el costoso equipo de guerra) comenzaron a utilizar diseños modificados que quedaban de la época romana. Sin embargo, los avances en la metalurgia permitieron la creación de muchos diseños nuevos, como la cota de malla, las armaduras de placas de acero de cuerpo entero que llevaban los caballeros, varios tipos de armaduras de placas, y muchos otros equipos de protección de la carne.
Época de la pólvora – La llegada de la pólvora e incluso de las ballestas pesadas marcó el fin de las armaduras de placas completas y de los jinetes acorazados, haciendo que las armaduras volvieran al estado “ligero” en el que se utilizaban pequeñas placas de metal sólo para proteger las zonas críticas del cuerpo humano contra las heridas de bala (pecho, estómago, cabeza y a veces cuello). La Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil Americana fueron las últimas grandes guerras en las que algunos soldados, además de sus cascos, utilizaban placas de armadura, pero esa práctica no estaba muy extendida y el uso de piezas de armadura de metal se consideraba poco práctico (y, en algunos lugares, cobarde).
Época moderna – La segunda parte del siglo XX introdujo muchos materiales nuevos y avanzados que pueden proteger a los portadores contra las heridas de bala y de espada. Los materiales más utilizados en la actualidad son las placas de cerámica, los compuestos de plástico endurecido, las aleaciones metálicas avanzadas y la fibra de Kevlar.