Diosa lunar maya

Las fuentes de la mitología lunar maya son casi totalmente contemporáneas, con la excepción del Popol Vuh. Se puede hacer una división según los roles de parentesco de la luna.

  • La luna como hermano varón: poder celestial.

En el Popol Vuh (siglo XVI), los Héroes Gemelos mayas se transforman finalmente en sol y luna, lo que implica el reconocimiento de una luna masculina, en un alejamiento de la tradición maya principal. Sin embargo, el Popol Vuh apenas pertenece a la mitología lunar, y convertirse en Sol y Luna bien puede ser una metonimia para adquirir el dominio del cielo y, por tanto, metafóricamente, el predominio político.

  • La Luna como esposa: origen de la menstruación.

La verdadera mitología lunar está representada en primer lugar por el mito Qʼeqchiʼ del Sol y la Luna estudiado por primera vez por Eric Thompson. Hace que la Diosa de la Luna (Po) sea la hija del Dios de la Tierra, o ‘Montaña-Valle’. Es cortejada y finalmente capturada por Sol. Duermen juntos. Cuando esto se descubre y la pareja huye, el padre enfadado reacciona haciendo destruir a su hija. Con toda probabilidad, este castigo patriarcal por una infracción básica de las reglas de la alianza representa el origen de la menstruación, la “sangre maligna” de una hija desobediente que tiñe de rojo el agua del mar y del lago, o se hunde en la tierra. La sangre menstrual se almacena en trece jarras. En las tinajas, primero se transforma en criaturas como serpientes e insectos, una transformación que conduce al origen del veneno y a las enfermedades causadas por él. Sin embargo, algunas tinajas también contienen plantas medicinales. La decimotercera jarra es la jarra lunar: Al ser abierta, la Luna renace de ella. La creación de su vagina a instancias de su marido, o directamente por él, representa el origen de la procreación humana. Los episodios posteriores hacen que la diosa Luna cohabite con el hermano mayor de Sol, Nube, y con el diablo en forma de rey buitre, relacionándola así con las lluvias y la brujería negra.

  • La Luna como (gran)madre: el conejo en la luna.

Entre los mayas de Chiapas y de los Altos del Noroeste de Guatemala, Luna no es la esposa de Sol, sino su madre o abuela, mientras que Sol es un joven acosado por sus hermanos mayores. Sólo en esta mitología encontramos el origen del conejo lunar, ya sea como uno de los hermanos mayores transformado en animal salvaje y capturado por su madre, o como una criatura responsable del resurgimiento de la vegetación salvaje en el campo de maíz de Sol. En este último caso, el conejo es capturado por Sun, transmitido a su madre y llevado de nuevo al cielo. En el noroeste de Guatemala, el conejo en la luna se sustituye a veces por un ciervo en la luna.

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