Estos son sólo algunos de los problemas que la metanfetamina puede causar:
Sobrecalentamiento
La metanfetamina puede hacer que tu cuerpo se caliente tanto que te desmayes. A veces esto puede matarte.
Bichos
La metanfetamina puede hacer que sientas que hay bichos arrastrándose sobre o bajo tu piel. Hace que te rasques mucho. Rascarse provoca llagas en la cara y los brazos.
Boca de metanfetamina
Las personas que consumen metanfetamina pueden romperse, mancharse o pudrirse los dientes. A menudo beben muchas cosas dulces, rechinan los dientes y tienen la boca seca. Esto se llama “boca de metanfetamina”.
Parecer viejo
Las personas que consumen metanfetamina pueden empezar a parecer viejas. Queman mucha energía y no comen bien. Esto puede hacer que pierdan peso y parezcan enfermos. Sus manos o su cuerpo pueden temblar. Su piel parece apagada y tiene llagas y granos que no se curan. La boca parece hundida porque los dientes se estropean.
VIH/SIDA, Hepatitis
Las personas que se inyectan metanfetamina pueden contraer el VIH/SIDA o la hepatitis (una enfermedad del hígado) si comparten agujas usadas. Las personas también contraen estas enfermedades al mantener relaciones sexuales sin protección. A menudo se olvidan de usar preservativos porque están drogados.
Sobredosis
La gente puede sufrir una sobredosis de metanfetamina cuando toma demasiada cantidad. A veces los traficantes añaden otras sustancias químicas peligrosas a la metanfetamina que pueden ayudar a provocar una sobredosis. Pueden calentarse tanto que se desmayan. Si no reciben ayuda de inmediato, pueden morir. Una sobredosis de metanfetamina también puede causar un accidente cerebrovascular (“ataque cerebral”), un ataque cardíaco o una insuficiencia hepática. Todos ellos pueden causar la muerte.
Adicción
Puedes volverte adicto a la metanfetamina. Con el tiempo, puede cambiar el funcionamiento de tu cerebro. Si dejas de consumir metanfetamina, tu cuerpo puede confundirse y puedes empezar a sentirte realmente mal. Esto hace que sea difícil dejarlo. Esto se llama adicción.
Las personas que se hacen adictas a la metanfetamina empiezan a necesitar tomar más cantidad para conseguir el mismo efecto. Las personas que normalmente esnifan la metanfetamina o la toman por vía oral pueden empezar a fumarla o inyectársela para conseguir un subidón más fuerte y rápido.
El consumo de metanfetamina puede dañar diferentes partes del cerebro. Puede causar problemas emocionales y de pensamiento que no desaparecen. Incluso después de dejar de consumir metanfetamina, los pensamientos pueden volver. Por ejemplo, puedes sentir, oír o ver cosas que no existen. Puede pensar que la gente va a por usted o empezar a creer ideas extrañas que no pueden ser ciertas.
Las personas que intentan dejar de tomar metanfetamina pueden:
- sentirse tristes
- cansarse mucho pero tener problemas para dormir
- sentirse enfadados o nerviosos
- ser incapaces de sentirse felices
Sentirán una necesidad muy fuerte de tomar la droga.
Afortunadamente, hay asesoramiento que puede ayudar a alguien con una adicción a la metanfetamina.
Recuerde que incluso si recibe tratamiento, puede ser difícil mantenerse alejado de la droga. Las personas que han dejado de consumir metanfetamina pueden seguir sintiendo fuertes deseos de consumirla, a veces incluso años después. Esto es normal. Por eso también es importante seguir el tratamiento durante todo el tiempo que le sugiera su médico.