En la tradición marinera, un albatros se considera un buen presagio, y durante casi siete décadas, un ave ha repartido generaciones de bendiciones por el Océano Pacífico.

Wisdom, un albatros de Laysan de 68 años de edad, que se cree que es el ave salvaje más antigua del mundo, ha regresado a su hogar en el refugio nacional de vida silvestre del atolón de Midway para pasar otro invierno, y ha puesto otro huevo para añadirlo a la ya impresionante cría que ha formado a lo largo de su vida.

Los biólogos del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU. creen que la casi septuagenaria ha dado a luz y ha criado hasta 36 polluelos a lo largo de los años. Si su último huevo con su amante de toda la vida, Akeakamai, eclosiona, empluma y sale a mar abierto, será su trigésimo séptimo.

Wisdom fue anillada por primera vez en 1956 por el biólogo Chandler Robbins, quien estimó que tenía unos cinco años de edad en ese momento. El biólogo y el ave se reencontraron en 2002, cuando él fue a anillarla y reconoció que había sido una de las 8.400 aves que registró durante su primera temporada, 46 años antes.

Los albatros son conocidos por su larga vida y a menudo sobreviven a sus investigadores -Robbins murió en 2017 a los 98 años-, pero lo que hace única a Wisdom es que los investigadores han podido seguir sus hábitos durante tanto tiempo. Puede que sea o no el ave silvestre más antigua, pero es el ave silvestre más antigua conocida, y sus hábitos han sido amorosamente documentados por el servicio de pesca y vida silvestre a través de las redes sociales.

Y como se conocen muchos de sus antecedentes e historia, los investigadores están aprendiendo más sobre su especie al observarla. Para un humano, 68 años pueden parecer absurdos para seguir poniendo huevos, pero Wisdom y los otros pocos ejemplos documentados de albatros de 50 y 60 años que no parecen tener problemas para reproducirse a esa edad muestran que la situación puede ser diferente para las aves, dijo Beth Flint, bióloga de vida silvestre del USFWS.

Como muchos albatros, Wisdom regresa casi todos los años al lugar donde nació para anidar y aparearse. El atolón de Midway, una isla de dos millas cuadradas perteneciente a EE.UU. que fue escenario de la decisiva batalla de Midway durante la segunda guerra mundial, permanece casi deshabitada en lo que respecta a los humanos. Pero en invierno, más de un millón de albatros de Laysan acuden a las playas para anidar.

Los albatros pasan el 90% de su vida en el mar, sobrevolando el norte del Océano Pacífico y alimentándose de calamares y huevos de peces. El Servicio de Pesca y Vida Silvestre estima que Wisdom ha recorrido más de 6 millones de millas en sus viajes; según el laboratorio de ornitología de Cornell, los albatros de Laysan pueden ir desde las Islas Aleutianas y el sur del Mar de Bering hasta Costa Rica.

Los albatros se toman muy en serio el apareamiento y la anidación, formando vínculos con sus parejas de por vida. El laboratorio de Cornell describe sus exhibiciones de cortejo como elaboradas; incluyen “movimientos coordinados en los que las aves se tocan los picos, extienden una o ambas alas, menean la cabeza, colocan el pico bajo un ala y se detienen con el pico apuntando al cielo”.

Una vez que han conocido a sus parejas, las aves se reúnen en el mismo lugar de anidación cada invierno – y pasan por alguna iteración del proceso de cortejo de nuevo, dijo Flint.

“Hay acicalamiento y una danza”, dijo. “Son animales muy táctiles. Se sientan cerca, se acicalan y se acurrucan. No podemos saber lo que sienten, pero muestran el tipo de comportamientos que refuerzan un vínculo y una conexión”.

Los investigadores observaron por primera vez la relación de Wisdom con Akeakamai en 2006 y no están seguros de si tuvo otras parejas antes de Akeakamai. Pero los albatros son partidarios de la copaternidad y se turnan para incubar un huevo, cuidar del polluelo y buscar comida en el océano. Si este huevo sobrevive, Wisdom y Akeakamai pasarán unos siete meses en el atolón de Midway incubando y criando a su polluelo.

Los albatros sólo ponen un huevo al año, y debido a que es un proceso tan largo y que consume tanta energía para incubar y criar un polluelo sano, la mayoría no lo hacen anualmente. Aunque los investigadores siguen recopilando datos sobre la frecuencia con la que los albatros de Laysan se reproducen, Wisdom “parece ser excepcional en el sentido de que ha criado durante varios años consecutivos y no se ha tomado un descanso”, dijo Flint.

Wisdom ha conseguido criar varios polluelos que han pasado a criar los suyos propios, también se ha enfrentado a dificultades. En 2015, se denunció la desaparición de su huevo, algo que, según los biólogos, ocurre a veces.

Pero sus fértiles contribuciones a la continuidad de su especie hacen que cada regreso a casa sea una celebración para los científicos. El año pasado, observaron a un polluelo que había empollado en 2001 instalando un nido a pocos metros de distancia. Era la primera vez que se documentaba que uno de sus polluelos volvía a anidar.

“El hábitat del atolón de Midway no sólo contiene millones de pájaros, sino innumerables generaciones y familias de albatros”, dijo Kelly Goodale, bióloga del refugio del servicio de pesca y vida silvestre, en una entrada de blog. “Si te imaginas cuando Wisdom vuelve a casa, es probable que esté rodeada de lo que una vez fueron sus polluelos y potencialmente sus polluelos.”

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