La historia comienza en la casa de la familia Blackbird. Se ve a tres jóvenes pájaros diciendo sus oraciones antes de dormir. Su mamá les da las buenas noches y los niños se meten en la cama para dormir. Pero, en cuanto se quedan solos, uno de ellos se sienta y empieza a leer un libro llamado “El pájaro madrugador se lleva el gusano”. Despierta al hermano que está a su lado e intenta contarle el cuento, pero éste no le da importancia. Mamá se da cuenta de la luz que sale de la habitación de los niños, así que entra y, al ver lo que está haciendo su hijo, coge el libro y lo tira por la ventana. Luego, les cuenta a los tres sobre el zorro que se come a los pájaros y que seguramente, si intentan salir temprano a cazar un gusano, los atrapará.
Los pequeños se preparan de nuevo para ir a dormir; el lector del libro les dice a los otros dos que se levantará temprano por la mañana e irá a atrapar el gusano. A las cinco de la mañana, se escapa y comienza a olfatear un gusano. Mientras tanto, un gusano se ha encontrado con el libro desechado y lee sobre el “madrugón”; decide olfatear uno. De esta manera, se encuentran y, asustados, cada uno huye.
Una vez que el pájaro se da cuenta de que se ha encontrado con el gusano, lo persigue. Después de unos cuantos gags al estilo de Bugs Bunny y Elmer Fudd, aparece el zorro y sostiene dos carteles para el público. Uno dice “El villano” y el otro “Como si no lo supieras”. A continuación, el zorro persigue al pájaro mientras éste persigue al gusano. Al percatarse del zorro, pero sin darse cuenta de que se trata de este peligroso animal, el pájaro se detiene y entabla una conversación, creyendo realmente que esta criatura es también un “pájaro madrugador” tras el gusano. Comparte la advertencia descriptiva de su mami sobre el zorro, y poco a poco se da cuenta de que está frente a uno. El joven pájaro es capturado pero, mientras el zorro le prepara un bocadillo, el gusano -con la ayuda de una abeja enfadada- lo rescata. El pájaro vuelve a casa y se mete en la cama con sus hermanos justo cuando suena el despertador y entra mamá. Pregunta a sus tres hijos qué quieren desayunar. Los otros dos dicen que gusanos, pero el “madrugador” dice que no quiere gusanos. El gusano sale de debajo de las sábanas y dice que él tampoco, luego se tapa la boca, seguido del iris fuera.