Los aproximadamente 6 millones de conos que se encuentran en el ojo humano pueden dividirse en tres tipos de conos: los conos azules, que constituyen aproximadamente el 2% de todos los conos del ojo, los conos verdes, que constituyen aproximadamente el 32% de todos los conos del ojo, y los conos rojos, que constituyen aproximadamente el 64% de todos los conos del ojo. Estos conos suelen escribirse como conos S, conos M y conos L, respectivamente, por su sensibilidad a los fotones de longitud de onda corta, media y larga. Basándose en las curvas de respuesta medidas, como se ve en la Figura 1, cada tipo de célula de cono absorbe fotones de diferentes longitudes de onda: 445 nm (conos azules), 535 nm (conos verdes) y 565 nm (conos rojos). Se ha comprobado que los conos verdes (conos M) y los conos rojos (conos L) se concentran en la fóvea central, mientras que los conos azules (conos S) están dispersos por la retina. Los conos azules son únicos debido a que, aunque son poco numerosos, son más sensibles a la luz que los conos verdes y rojos. Además, la sensibilidad azul de nuestra percepción visual es prácticamente igual a la de los conos verdes y rojos, lo que sugiere que debe haber algún tipo de mecanismo en el procesamiento visual del cerebro que cause esta alta sensibilidad (Nave, 2001).
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