Fijación de precios

Fijación de precios

La fijación de precios es una de las tareas más importantes en una empresa. El precio tiene que ser lo suficientemente alto para que los trabajadores cobren y la empresa sea rentable. Por otro lado, el precio tiene que ser correcto también para que el producto se venda. Y si se ha acertado una vez, hay que seguir vigilando los cambios en el mercado y en los costes.

Antes de empezar a planificar el precio de un producto, hay que definir el precio más bajo que cubra todos los gastos. El precio más alto lo marca el mercado y la calidad del producto. Si el producto no se diferencia del resto y hay muchos disponibles, el precio no puede desviarse del precio de mercado. Si el producto tiene alguna calidad genuina y se puede asegurar a los clientes estas cualidades, hay más margen de maniobra. Los clientes suelen estar dispuestos a pagar más por la calidad. Si el producto pertenece a una clase propia, sin nada similar en el mercado, los clientes están dispuestos a pagar en función de su renta disponible.

Es conveniente vigilar el mercado y a los principales competidores con regularidad. Si un competidor cambia el producto o el precio del mismo, hay que decidir cómo reaccionar al respecto. El desarrollo de los productos propios tiene que ser continuo y también hay que tener en cuenta la fijación de precios.

La fijación de precios está, en cierto modo, ya incluida en la estrategia de la cooperativa. Si la estrategia elegida es la de precios altos, el precio se mantiene lo más alto posible y no se hace ningún esfuerzo por ganar una gran cuota de mercado. Cuando la estrategia es la del precio bajo, se pretende conseguir una gran cuota de mercado y también mantener a raya a los competidores. Si se utiliza el precio bajo para facilitar la entrada en el mercado, hay que pensar en cómo subir el precio más adelante.

Es posible diferenciar la fijación de precios y dar precios diferentes a distintos clientes o se puede utilizar el precio de algunos productos de temporada para equilibrar la demanda. Por eso se puede conseguir una casa de verano más barata en otoño que en pleno verano. El precio puede fluctuar también según la cláusula de entrega y el volumen. La limpieza ocasional puede costar 30 euros/hora, pero la limpieza regular que dura dos horas una vez por semana cuesta 57 euros/semana. Una condición previa para diferenciar la fijación de precios es que los clientes no conozcan los diferentes precios o los entiendan y acepten. Los precios diferentes no deben afectar a la demanda de los clientes actuales.

Una forma de diferenciar el precio es hacer un descuento. Sólo hay que incluirlo en el precio. Parte de la estrategia de precios también puede ser dar un descuento a los clientes habituales para asegurarse de que le sigan comprando.

En la práctica, la fijación de precios es, por supuesto, una mezcla de diferentes métodos. Hay que conocer el precio de mercado para poder estimar cuánto están dispuestos a pagar los clientes. También es importante conocer los costes del producto para tener una idea de cuánto hay que obtener por él. Si es necesario, hay que considerar si el producto podría hacerse más barato (más rápido, con materias primas más baratas, etc.) para poder venderlo con beneficio. O bien, ¿podrían las mejores materias primas dar tanta plusvalía que el precio puede subir más que el aumento de los costes de producción? Siempre hay muchas posibilidades.

El precio tiene que seguir el aumento de los costes. Los salarios suben cada año y sería bueno que los productores de servicios se acordaran de subir su propio salario que es el precio del servicio.

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