¡Es hora de ponerse en plan friki y aprender un poco de fisiología! El post de hoy es sobre algunas de las formas en que su cuerpo se adapta al embarazo. Literalmente, cada sistema de órganos cambia para apoyar el crecimiento de un bebé. Estos cambios son realmente notables. Algunos de los cambios más dramáticos ocurren en el sistema cardiovascular. Estos son los más destacados.
Su volumen sanguíneo se expande en un 33 por ciento
La próxima vez que vaya al supermercado, llévese esta entrada del blog y diríjase a la sección de productos lácteos. Con suerte, esto le ayudará a visualizar los volúmenes de los que estamos hablando. La mayoría de las estimaciones sitúan el volumen sanguíneo normal de una mujer adulta en torno a los 4,5 – 5,0 litros. Así que empieza tu demostración en la tienda sacando 4 o 5 cuartos de leche de las cajas refrigeradas y cárgalos en tu carrito. Esto se aproxima a su volumen sanguíneo antes del embarazo. Ahora, añade otros 3 cuartos de leche, alrededor de 1,5 litros. Esto es lo que aumenta tu volumen sanguíneo circulante durante un embarazo normal. Tómate un momento para apreciar el peso de este volumen adicional. Si tu sangre fuera puramente agua (que no lo es), esta expansión pesaría alrededor de 3,3 libras. Impresionante. Concluye esta lección tomando una decisión de compra sobre la leche. Si no la quieres realmente, devuélvela y sigue adelante antes de que el encargado te pregunte qué estás haciendo.
Tu gasto cardíaco aumenta entre un 30 y un 50 por ciento
Esta adaptación al embarazo también es bastante impresionante. Pero, ¿qué es el gasto cardíaco? La explicación más sencilla es que el gasto cardíaco es una medida del flujo sanguíneo. Este flujo se suele expresar en unidades de mililitros por minuto. Los factores que determinan el gasto cardíaco son la frecuencia cardíaca y el volumen sistémico. La frecuencia cardíaca, la velocidad a la que el corazón bombea la sangre, es lo que medimos cuando contamos el pulso. Suele registrarse en forma de latidos por minuto. La frecuencia cardíaca normal en un adulto es de 60 a 100 latidos por minuto. El volumen de las pulsaciones es una medida de la cantidad de sangre que bombea el corazón con cada latido. En una mujer sana y no embarazada, el volumen de latido normal sería de unos 60 mililitros por latido. Si se hacen las cuentas, el gasto cardíaco normal se sitúa en el rango de 3600 a 6000 cc por minuto en una mujer sana y no embarazada. Si el encargado no te ha echado ya de la tienda, vuelve a ver cuánto líquido son realmente entre 3 y 6 litros de leche. Cuando se añade el embarazo a la mezcla, estas cifras aumentan. Un estudio demostró un aumento de 7,3 litros por minuto al final del embarazo, sólo como resultado del propio embarazo. El aumento del gasto cardíaco se consigue mediante el aumento de la frecuencia cardíaca y del volumen de los latidos del corazón.
¿A dónde va el flujo sanguíneo adicional?
Como se puede imaginar, gran parte del aumento del flujo va a apoyar al útero y al embarazo en desarrollo. Cuando no está embarazada, el útero recibe entre el 2 y el 3 por ciento del flujo sanguíneo de la mujer. Por el contrario, el útero embarazado a término recibe alrededor del 17 por ciento del flujo. Se trata de un aumento espectacular.
Ejercicio durante el embarazo
Con todos estos cambios que se producen en la línea de base, ¿se supone que se debe hacer ejercicio durante el embarazo? Bueno, la respuesta sencilla es SÍ. Pero ese es otro tema para otro día.