Abstract
Las formas del terreno fluviales son las generadas por las aguas corrientes, principalmente los ríos. El término fluvial deriva de la palabra latina fluvius que significa río. Los modelados fluviales cubren un enorme rango de dimensiones, desde pequeños rasgos como los arroyos hasta grandes unidades morfo-hidrológicas a escala continental como los grandes ríos y sus cuencas de drenaje. El río Nilo tiene 6.650 km de longitud y la cuenca de drenaje del río Amazonas abarca 7.050.000 km2, una superficie casi tan grande como la de Australia. Los ríos y arroyos drenan la mayor parte de la superficie continental y se dan en la mayoría de los entornos, con la excepción de algunas regiones hiperáridas, incluyendo vastos mares de arena, regiones permanentemente heladas y terrenos kársticos. Los ríos que desembocan en los océanos drenan aproximadamente el 68 % de la superficie terrestre. La red de drenaje desempeña un papel fundamental en la transferencia continua de agua y sedimentos de las zonas altas a las bajas y de los continentes a los océanos. Los ríos transportan aproximadamente 75.000 millones de toneladas de material cada año, de las cuales 20.000 millones llegan al mar, alrededor del 80 % en forma sólida y el 20 % en solución. Los sistemas fluviales son con frecuencia los principales agentes implicados en la evolución del paisaje y ejercen una influencia primordial en otros sistemas geomórficos interrelacionados como laderas, abanicos aluviales, deltas o playas.