#1: Descansa los ojos

Se recomienda hacer descansos regulares después de cada 30-40 minutos de lectura, escritura o juego con el ordenador. También se debe reducir el tiempo que se pasa con dispositivos electrónicos como tabletas, teléfonos móviles o dispositivos de mano.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que los niños no pasen más de 1 ó 2 horas al día con los medios de entretenimiento1. La televisión u otros medios de entretenimiento deben evitarse en el caso de los bebés y los niños menores de 2 años. El cerebro del niño se desarrolla rápidamente durante estos primeros años, y los niños pequeños aprenden mejor interactuando con las personas, no con las pantallas1.

#2: Protección contra el daño solar

Invierta en accesorios de protección solar, como gafas de sol con protección ultravioleta (UV), o sombreros para proteger a su hijo de los dañinos rayos del sol. Para los niños más pequeños, un sombrero o una sombrilla serán más ideales para evitar el riesgo de que se pinchen los ojos con las gafas de sol.

#3: Aumente el tiempo que pasa al aire libre

Los estudios han demostrado que las actividades al aire libre retrasan el desarrollo de la miopía2. Por lo tanto, incorporar más actividades al aire libre con su hijo, como la natación o el ciclismo, es beneficioso. Estas actividades al aire libre fomentan la forma física y mejoran la coordinación mano-ojo de su hijo. Sin embargo, recuerde evitar los periodos más calurosos del día (normalmente de 11 a 16 horas).

#4: Consumo de frutas, verduras y pescados grasos

Se ha comprobado que el consumo de verduras y frutas ricas en luteína y zeaxantina protege los ojos del daño causado por los radicales libres3. Estos nutrientes se encuentran en alimentos como la col rizada, la berza, las espinacas, las coles de Bruselas, las yemas de huevo, el maíz, el aguacate, los pistachos, las bayas de goji, el pimiento naranja, el kiwi, las uvas, el zumo de naranja y el calabacín. Comer pescado graso como el salmón, el arenque y el atún también es beneficioso para el desarrollo de los ojos.

#5: Programar revisiones oculares periódicas

Una buena visión es clave para el desarrollo físico del niño, su éxito escolar y su bienestar general.
La Academia Americana de Oftalmología (AAO) y la Asociación Americana de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo (AAPOS) recomiendan realizar revisiones visuales periódicas a los niños desde que son recién nacidos, durante la infancia (entre los seis meses y el año) y a lo largo de sus años preescolares y escolares4.
Cuanto antes se detecte un problema ocular, antes se podrá recomendar un tratamiento adecuado que garantice el éxito de la corrección de la visión y los beneficios para toda la vida.
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#6: Fomente hábitos de cuidado ocular saludables

Mantenga hábitos de cuidado ocular saludables como proporcionar una iluminación adecuada cuando su hijo esté leyendo o jugando. Cuando lea, su hijo debe mantenerse a unos 30-40 cm de distancia del libro, o a unos 50 cm de distancia de los dispositivos electrónicos. Dormir al menos ocho horas cada noche también es importante para evitar que los ojos de tu hijo se cansen.