La taberna fue construida por Daisy Dodderidge en 1500 “para que sirviera de puerta de entrada entre el mundo no mágico y el Callejón Diagon”. Alquila habitaciones, tiene un bar, varios salones privados y un gran comedor.
Para los muggles, el pub parece ser una vieja fachada de tienda en mal estado en Charing Cross Road. Sin embargo, la parte trasera de la taberna se abre a un frío patio y a la entrada del Callejón Diagon. Para acceder a él, una bruja o un mago debe golpear un ladrillo específico de la pared con su varita. Se forma entonces una puerta al Callejón Diagon que vuelve a colocarse en la pared original después de que la(s) persona(s) la(s) atraviese(n).
Harry es reintroducido en el Mundo de los Magos el 31 de julio de 1991, día en que cumple 11 años, por Rubeus Hagrid. Una parte importante de esa reintroducción tiene lugar cuando Hagrid acompaña a Harry a través del Caldero Chorreante. Harry se avergüenza al descubrir que ha sido famoso toda su vida, sobre todo porque es por algo que no recuerda haber hecho.
Harry pasa la última quincena de sus vacaciones de verano en su tercer año en Hogwarts viviendo en El Caldero Chorreante. Esto se hace, aparentemente, para protegerlo del asesino fugado, Sirius Black. Durante este tiempo, observando a la clientela del Caldero Chorreante, Harry cree ver una bruja.
En el sexto año de Harry, se nos muestra un recuerdo del profesor Dumbledore en el que se le dice al joven Tom Riddle que pida ayuda al casero del Caldero Chorreante para entrar en el Callejón Diagon. El nombre del casero es Tom. Como las pruebas internas de la serie sugieren que Tom Riddle nació a principios de los años veinte, y en el momento en que Dumbledore lo recuerda tendría 11 años, Tom habría sido el casero hacia 1930, como lo fue hasta el final de la serie Potter, en 1998. Si cuando Harry lo ve por primera vez lleva sesenta años como propietario de El Caldero Chorreante, no es de extrañar que Harry lo considere extremadamente viejo y lo compare con “una nuez de goma”.
Tom sigue detrás de la barra en el último libro de la serie, cuando el Trío pasa por allí de camino al Callejón Diagon y al Banco Gringotts.
En una especie de gag recurrente, se menciona que una mirada esperanzada aparece en la cara del posadero cuando vemos a Hagrid entrar en el Caldero Chorreante, pero Hagrid se disculpa, diciendo que sólo está allí por asuntos de Hogwarts. Incluso Hagrid, sin duda, rara vez irá a Londres a tomar una copa, viviendo como vive en Hogwarts, donde las Tres Escobas, e incluso la Cabeza de Puerco, son opciones más convenientes. Pero podemos suponer que las grandes cantidades que consumirá cuando aparezca, acordes con su enorme tamaño, habrán dejado su huella en el tabernero.