Se ha encontrado una posible base del instinto paternal en el cerebro, según un equipo dirigido por científicos de la Universidad de Oxford.
Un informe de la investigación del equipo, publicado en la revista de acceso abierto PLoS One, describe cómo una región del cerebro humano llamada corteza orbitofrontal medial responde rápidamente a las caras de los bebés desconocidos, pero no a las de los adultos desconocidos. La corteza orbitofrontal medial está situada en la parte frontal del cerebro, justo encima de los globos oculares: es una región clave del cerebro emocional y parece vigilar los estímulos relacionados con la recompensa en el entorno.
“Lo que descubrimos fue que el córtex orbitofrontal medial muestra una gran actividad en la séptima parte de un segundo después de que una persona vea la cara de un niño, pero no la de un adulto”, dijo el Dr. Morten Kringelbach, del Departamento de Psiquiatría de Oxford, que dirigió el trabajo con el profesor Alan Stein. El hallazgo podría tener importantes implicaciones para el tratamiento de la depresión postnatal, que afecta aproximadamente al 13% de las madres en el Reino Unido. La depresión se ha relacionado con un cambio en la actividad de la corteza cingular subgenual cercana, que está fuertemente conectada con la corteza orbitofrontal medial. Esto respalda la posibilidad de que los cambios en la actividad del córtex orbitofrontal medial secundarios a la depresión puedan afectar negativamente a la capacidad de respuesta de los padres.
Los investigadores utilizaron un método de neuroimagen llamado magnetoencefalografía en la Universidad de Aston para observar la actividad cerebral de los voluntarios mientras pulsaban un botón en cuanto una cruz en pantalla cambiaba de color. Durante un tercio de segundo se mostraron brevemente imágenes de rostros de bebés y adultos, intercaladas entre estos cambios de color y que no eran importantes para completar la tarea.
“Lo que nuestro experimento reveló fue que el córtex orbitofrontal medial puede proporcionar el necesario etiquetado emocional de las caras de los bebés como especiales y desempeña un papel clave en el establecimiento del vínculo parental”, dijo el profesor Alan Stein. Otras investigaciones podrían determinar si las respuestas a las caras de los bebés que hemos observado se ven afectadas -e incluso atenuadas- por la depresión”.
Los investigadores esperan que los resultados puedan ayudar a los profesionales de la salud a desarrollar intervenciones para ayudar a los padres vulnerables.