Casi todos los hablantes dan a ambas palabras la misma pronunciación-pero no todos los hablantes usan la misma pronunciación. Algunos dicen fē-än-sā′ para ambas, otros dicen fē-än′-sā para ambas. La diferencia es simplemente qué sílaba se acentúa.
Hay algo sobre las pronunciaciones de estas palabras que no encontrarás en los diccionarios. La gente educada suele considerar que se trata de palabras francesas usadas en inglés, por lo que ponen el acento en la última sílaba y las escriben con acento: fiancé, fiancée. Acentuar la tercera sílaba va en contra de los patrones sonoros normales del inglés, lo que confiere a estas palabras un sonido extraño, concretamente, un sonido francés. Las personas sin educación a menudo no saben que estas palabras son francesas, o no les importa, por lo que hacen que se ajusten a los patrones normales del inglés: ponen el acento en la segunda sílaba y no escriben el acento. Algunas personas de clase media, tratando de parecer más cultas o de clase alta, exageran el acento en la última sílaba. Algunos acentúan la segunda sílaba y la alargan para parecer sofisticados. Cada pronunciación puede sonar tonta o pretenciosa para las personas que utilizan la otra pronunciación.
Así que la pronunciación de las personas de estas palabras es un indicador no del todo fiable de la clase social, al menos en Estados Unidos. Paul Fussell habla un poco más de este tipo de cosas en el libro Class. No estoy de acuerdo con todos los detalles de lo que dice allí; quizás algunos de estos indicadores de clase han cambiado desde que escribió el libro (1992). Pero los principios siguen siendo válidos. Fussell insinúa que novio y novia son sinónimos de palabra. El significado es diferente, porque no significan que la persona esté comprometida para casarse, pero está bien referirse al prometido o prometida de una persona como su novio o novia.
Absorción gradual de palabras extranjeras
La moraleja de esto para alguien que aprende inglés es que a veces el inglés adopta una palabra extranjera en etapas graduales. Al principio, la palabra se percibe como todavía extranjera aunque se utilice dentro de las frases en inglés. Por ejemplo, “chargé d’affaires” se suele escribir en cursiva y se pronuncia al estilo francés. Cuando la palabra se asimila más al inglés, la gente abandona la cursiva y ajusta la pronunciación para que se ajuste a los patrones ingleses. Si la palabra lleva marcas diacríticas, también se eliminarán. Sin embargo, fiancé tiene mucha presión para mantener el acento porque la e final se pronuncia; sin el acento, la ortografía sugeriría que la e es muda. (No es el caso de fiancee.)
Durante este proceso, diferentes personas tratan la palabra de forma diferente: algunos la tratan como totalmente extranjera, otros como parcialmente extranjera, otros como totalmente absorbida, algunos la malinterpretan, etc. Y durante este proceso, estas diferencias se convierten en una oportunidad para que la gente demuestre -o intente demostrar- su familiaridad con una cultura extranjera respetada. Especialmente si la palabra procede del francés, la gente puede intentar utilizar lo que cree que es una pronunciación más auténtica para ganar estatus social. Diferentes personas perciben todo esto con distintos niveles de agudeza, lo que da lugar a las diferencias de pronunciación y percepción descritas anteriormente.