JAKARTA – Indonesia está dispuesta a iniciar la vacunación de su población contra el COVID-19 la próxima semana, según ha declarado un alto ministro, mientras el país intenta frenar la propagación del virus y recuperar su economía.
El ministro coordinador de Asuntos Económicos, Airlangga Hartarto, anunció los planes el lunes tras una reunión ministerial. Añadió que el programa está supeditado a la aprobación del uso de emergencia por parte de la agencia de alimentos y medicamentos del país, así como a que la vacuna reciba una certificación halal.
Indonesia ha conseguido asegurarse más de 229 millones de dosis de vacunas COVID-19 de farmacéuticas de todo el mundo y ya ha recibido 3 millones de dosis de la china Sinovac. También está negociando otros 50 millones de dosis de AstraZeneca y Pfizer.
La farmacéutica estatal indonesia Bio Farma ya ha distribuido más de 700.000 dosis de los 3 millones a 34 provincias, dijo la empresa en un comunicado el lunes. El objetivo del gobierno es vacunar inicialmente a 1,3 millones de trabajadores sanitarios.
El centro de investigación biológica de Brasil dijo el año pasado que las vacunas de Sinovac tenían una tasa de eficacia superior a la marca requerida del 50%, mientras que la autoridad sanitaria de Turquía dijo que mostraba una eficacia del 91,25% en las pruebas locales.
Indonesia es el país con el mayor número de casos acumulados de COVID-19 en el sudeste asiático, con 772.103 infecciones confirmadas y 22.911 muertes hasta el lunes.
El ministro de Sanidad, Budi Gunadi Sadikin, declaró recientemente a los medios de comunicación que Indonesia intentaría vacunar a 181 millones de personas de su población de 270 millones para alcanzar la inmunidad de grupo. Indonesia es un extenso archipiélago de 17.000 islas que hace que un programa de vacunación de este tipo sea una pesadilla logística.
El presidente Joko Widodo prometió el año pasado que los indonesios se vacunarían gratuitamente, y que él sería el primero en vacunarse para dar confianza a la gente de que las inyecciones son seguras.
Mientras que países como Estados Unidos y el Reino Unido, que ya han comenzado a vacunar, están aplicando las vacunas a los ancianos por ser los más vulnerables, Indonesia está dando prioridad a su población en edad de trabajar. Las personas de entre 18 y 59 años recibirán las vacunas después de los trabajadores de la salud y los funcionarios públicos.
El gobierno cree que vacunando al grupo más activo y sociable, puede frenar la propagación de la enfermedad con mayor eficacia. Yakarta también espera que las personas de este grupo de edad puedan volver a sus puestos de trabajo y estilos de vida anteriores a la crisis, impulsando a su vez la producción y el consumo nacionales.
El archipiélago cayó en recesión por primera vez en dos décadas en los tres meses terminados en septiembre, y el Banco Asiático de Desarrollo rebajó recientemente sus perspectivas de crecimiento para Indonesia este año al 4,5% desde una previsión anterior del 5,3%.