Este capítulo se centra en los procesos psicológicos de la internalización moral. Los psicólogos han estado intrigados durante mucho tiempo con la internalización moral porque personifica el viejo problema de cómo los individuos llegan a manejar el inevitable conflicto entre las necesidades personales y las obligaciones sociales. Existe un desacuerdo teórico que gira en torno a las experiencias de socialización que tienen más probabilidades de fomentar el proceso de interiorización. En este capítulo se revisa el amplio corpus de investigación pertinente y se evalúa en relación con las nociones teóricas que lo guían. Se presentan tres grandes categorías que abarcan la mayor parte de la investigación: disciplina parental, identificación y modelado, y desequilibrio cognitivo. En el capítulo se discute la consistencia del comportamiento moral y la influencia de la situación que no tiene que ver directamente con la internalización, pero que tiene una clara relación con ella. Aunque con un enfoque limitado, la variedad de diseños de investigación, instrumentos de medición y conceptos teóricos dan fe de la naturaleza compleja y multifacética de la internalización moral. Cada enfoque parece captar una parte de la realidad y cada hipótesis puede reclamar cierto apoyo empírico, aunque ninguna ha sido aún sometida a la prueba crucial.
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