No sólo las arrugas revelan la edad. Un nuevo estudio revela que los cambios en la estructura ósea también hacen que los rostros parezcan más viejos.
Si bien los científicos sabían que se producen cambios óseos generales con la edad, como el adelgazamiento de los huesos, este estudio es el más detallado en cuanto a dichas alteraciones.
Usando escáneres de tomografía computarizada (TC), los investigadores analizaron los huesos faciales de hombres y mujeres de diferentes grupos de edad. La estructura de los huesos difería entre los grupos de edad, informaron los investigadores en el número de enero de la revista Plastic and Reconstructive Surgery. Estos cambios podrían influir en la forma en que la piel y el tejido muscular se asientan sobre los huesos, contribuyendo a un aspecto envejecido.
“A los médicos se les ha enseñado durante mucho tiempo que el envejecimiento facial está causado por el descenso de los tejidos blandos y la pérdida de elasticidad”, dijo en un comunicado el investigador del estudio Howard Langstein, jefe de cirugía plástica y reconstructiva del Centro Médico de la Universidad de Rochester. “Aunque siempre hemos sabido que los huesos cambian con el paso del tiempo, hasta ahora no se apreciaba hasta qué punto provocan un aspecto envejecido”.
Langstein y sus colegas analizaron escáneres de TC de los rostros de 60 mujeres y 60 hombres. (Las imágenes de TC se crean utilizando rayos X.) Todas las exploraciones originales se realizaron por razones médicas, no como preparación para la cirugía plástica. Los pacientes se dividieron en tres grupos de edad: jóvenes (de 20 a 40 años), de mediana edad (de 41 a 64) y mayores (de 65 en adelante).
Los huesos sufren una serie de cambios con la edad, según descubrieron los investigadores. Tanto en los hombres como en las mujeres, las cuencas de los ojos se hicieron más anchas y largas. La distancia entre la parte más prominente de la ceja y la parte superior de la nariz disminuyó, mientras que los pómulos sobresalían menos y la apertura de los huesos de la nariz retrocedía. Mientras tanto, la mandíbula inferior se redujo tanto en longitud como en altura.
Los cambios en el tamaño y la forma de la cuenca del ojo pueden contribuir a las arrugas de la frente y las patas de gallo, escribieron los investigadores. Una disminución del tamaño de la mandíbula podría aplanar el mentón y suavizar el escote, mientras que los cambios en los huesos de la nariz podrían dar lugar a “una disminución del apoyo y la proyección nasal”, informaron los investigadores.
Estudios anteriores han descubierto que los huesos faciales pierden volumen con la edad, escribieron los investigadores. Las mujeres mostraron los cambios ligeramente antes que los hombres, mostró el estudio. Esto tiene sentido, ya que las mujeres tienden a perder tejido óseo más rápido que los hombres debido a los cambios relacionados con la menopausia.
Siendo esta una revista de cirugía plástica, los investigadores tenían algunas soluciones cosméticas: Injertos de grasa para rellenar la cara e implantes óseos para apuntalar los huesos que se reducen. Pero si todo eso suena demasiado invasivo, puedes probar con una onza de prevención. Las investigaciones demuestran que la mejor manera de parecer (y sentirse) joven es evitar el tabaco, usar protección solar y fortalecer los huesos con ejercicio.
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Puedes seguir a la escritora senior de LiveScience Stephanie Pappas en Twitter @sipappas.
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