La ira de los adolescentes: Lo que es normal, lo que no

La ira: Todos lidiamos con ella, y si tienes un adolescente, puede que sientas que lidias con ella más de lo normal. Los adolescentes suelen frustrarse a lo largo del día o de la semana. Están sobrepasando los límites, aprendiendo a ser más independientes y viajando a lo que parece ser una velocidad vertiginosa hacia la edad adulta. A veces, los arrebatos de su hijo adolescente pueden recordarle lo que usted tuvo que afrontar cuando tenía tres años; en este sentido, la adolescencia puede rivalizar con una segunda infancia. Aunque la ira de los adolescentes suele ser normal y forma parte del crecimiento, a veces puede indicar un problema mayor que requiere ayuda profesional. Si le preocupa que la frustración y el enfado de su adolescente sean excesivos, siga leyendo para averiguar si este enfado adolescente es simplemente un dolor de crecimiento o algo más serio.

Comportamientos normales de enfado en la adolescencia

A medida que los adolescentes crecen y maduran, naturalmente quieren menos intervención de los padres. Al igual que su hijo pequeño diría “lo hago yo solo”, su adolescente también quiere resolver las cosas por sí mismo. Esto significa que es probable que rechace tus consejos, a veces en forma de arrebato verbal o de un portazo. A menudo querrá seguir los consejos de sus amigos (que, como los amigos también son adolescentes, no siempre son beneficiosos) por encima de los suyos. Aunque esto es frustrante y molesto para usted, es una parte vital del proceso de maduración de su hijo adolescente para convertirse en adulto. Si él o ella dependieran constantemente de usted de la misma manera que lo hicieron durante la infancia, no estarían preparados para la edad adulta cuando llegara el momento.

Si su hijo adolescente parece molesto con usted cuando le ofrece consejos o prefiere pasar más tiempo con sus compañeros que con la familia, esto es completamente normal y saludable. Un adolescente que discute sobre política, moral, privilegios y una serie de otros temas suele estar resolviendo quiénes son y cuál es su posición. Usted, como padre, es una persona segura para tener discusiones acaloradas, y su adolescente lo sabe. Discutir es una parte natural de los años de la adolescencia y no suele ser un problema si el enfado se disipa rápidamente, si su hijo parece feliz y si no hay abuso verbal o físico de por medio.

Comportamientos preocupantes de la ira en la adolescencia

La mayoría de los dramas y discusiones de los adolescentes son normales, aunque frustrantes. A veces, sin embargo, la ira adolescente se vuelve preocupante y justifica la intervención. Si su hijo adolescente está siendo verbalmente abusivo o está amenazando con hacerle daño físicamente a usted o a cualquier otra persona (o, lo que es peor, llevándolo a cabo), esto es una bandera roja. Si se enzarza en una pelea física, sobre todo si ocurre más de una vez o si el acoso a los demás se convierte en un hábito, merece la pena investigarlo. Si se da cuenta de que camina sobre cáscaras de huevo para evitar que su hijo adolescente se enfade, esto podría indicar un problema, especialmente si no es extremadamente sensible a todo conflicto con su hijo. Si su hijo adolescente se opone a propósito y se niega a cumplir las normas, los límites y las consecuencias, esto es un problema: le guste o no, usted es, como padre, el que manda.

Síntomas de un problema de salud mental

A veces, las condiciones de salud mental como la depresión o la ansiedad pueden causar niveles de ira más altos de lo normal. Familiarícese con los síntomas de la depresión y la ansiedad. Si su adolescente no come ni duerme bien, se siente a menudo inútil o culpable, o ha abandonado actividades que antes disfrutaba, la depresión podría estar contribuyendo al problema de la ira. Del mismo modo, si su hijo adolescente está a menudo nervioso o experimenta síntomas físicos como dolores de cabeza o de estómago, o un ritmo cardíaco acelerado, podría estar lidiando con la ansiedad. Por supuesto, hay otras condiciones de salud mental que pueden empezar a mostrar síntomas durante la adolescencia, incluyendo las siguientes:

  • trastorno bipolar
  • trastorno esquizoafectivo
  • trastorno obsesivo-compulsivo

Si sospecha que hay problemas de salud mental involucrados y que la ira de su adolescente es un síntoma o está siendo exacerbada por ello, busque ayuda profesional.

Abuso de sustancias e ira

La ira también puede ser a veces un signo de un problema de abuso de sustancias. Si su hijo adolescente está saliendo con un nuevo grupo de amigos o si está siendo reservado o está mostrando otros signos de uso y abuso de sustancias, busque ayuda rápidamente. Es habitual que los adolescentes experimenten ocasionalmente con el alcohol y la marihuana, pero si se llega al punto de ver síntomas de abuso, entonces se ha ido más allá de la experimentación. Además, si sospecha que su adolescente está consumiendo drogas de club o drogas más duras como la cocaína y la heroína, se trata de un problema grave que va más allá de la rebeldía y la curiosidad normales de los adolescentes.

Lo que puede hacer

Durante un momento en el que su adolescente esté tranquilo, aborde el tema de su enfado. Hágale saber que entiende que los años de la adolescencia son difíciles y que es normal sentir emociones fuertes cuando se acerca la edad adulta. Hazle saber también que sigues esperando que te respeten. Puedes establecer límites y consecuencias razonables para tu hijo. Si cree que el enfado es anormal o si a su hijo le preocupa no ser capaz de controlarse cuando se enfada, pida una cita con su médico de cabecera para que le evalúe y le remita a un profesional de la salud mental. Si tú o tu adolescente estáis en peligro inmediato, podéis dirigiros a la sala de emergencias más cercana o llamar al 911 para que intervenga la policía y los paramédicos. Este es el paso que debe dar si su hijo adolescente le maltrata físicamente o si amenaza con suicidarse o hacer daño a alguien.

Ser padre de un adolescente no es fácil, y es normal tener que lidiar con la ira de los adolescentes, a veces de forma regular. Cuando esa ira se convierte en algo difícil de controlar para el adolescente o va más allá de lo que experimentan otros adolescentes en su vida, es importante tomar medidas para poder ayudar a su hijo a aprender habilidades de control de la ira que durarán toda la vida. Es bueno tener esta situación bajo control ahora, antes de que su adolescente se convierta en adulto y las consecuencias de las acciones realizadas con ira puedan ser mucho peores. Hable con el médico de su hijo o con un profesional de la salud mental si está preocupado.

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