Dos nuevos estudios han puesto fin, por fin, a la teoría largamente sostenida de que las Américas fueron pobladas por antiguos pueblos que cruzaron a pie el puente terrestre del Estrecho de Bering desde Asia hace aproximadamente 15.000 años. Dado que gran parte de Canadá estaba entonces bajo una capa de hielo, durante mucho tiempo se había planteado la hipótesis de que un “corredor libre de hielo” podría haber permitido el paso de pequeños grupos desde Beringia, parte de la cual estaba libre de hielo. Un estudio publicado en la revista Nature, titulado “Postglacial Viability and Colonization in North America’s Ice-Free Corridor” (Viabilidad y colonización postglacial en el corredor libre de hielo de América del Norte) descubrió que el corredor fue incapaz de sustentar la vida humana hasta hace unos 12.600 años, es decir, mucho después de que el continente ya estuviera poblado.
Un equipo internacional de investigadores “obtuvo fechas de radiocarbono, polen, macrofósiles y ADN metagenómico de núcleos de sedimentos lacustres” de nueve antiguos lechos lacustres de la Columbia Británica, donde se separaron las capas de hielo Laurentide y Cordellian. Utilizando una técnica llamada “secuenciación de escopeta”, el equipo tuvo que secuenciar cada trozo de ADN en un grupo de materia orgánica para distinguir entre las cadenas de ADN mezcladas. A continuación, compararon los resultados con una base de datos de genomas conocidos para diferenciar los organismos. Con estos datos reconstruyeron cómo y cuándo surgieron las distintas especies de flora y fauna en el paisaje que antes estaba cubierto de hielo. Según Mikkel Pedersen, estudiante de doctorado en el Centro de Geogenética de la Universidad de Copenhague, en las capas más profundas, de hace 13.000 años, “la tierra estaba completamente desnuda y estéril”
“Lo que nadie ha analizado es cuándo el corredor se hizo biológicamente viable”, señaló el coautor del estudio, el profesor Eske Willerslev, genetista evolutivo del Centro de Geogenética y también del Departamento de Zoología de la Universidad de Cambridge. “La conclusión es que, aunque el corredor físico estaba abierto hace 13.000 años, pasaron varios cientos de años antes de que fuera posible utilizarlo”. En opinión de Willerslev, “eso significa que las primeras personas que entraron en lo que hoy es América Central y del Sur deben haber tomado una ruta diferente.”
Un segundo estudio, “Bison Phylogeography Constrains Dispersal and Viability of the Ice Free Corridor in Western Canada”, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, examinó ADN mitocondrial antiguo de fósiles de bisonte para “determinar la cronología de cuándo el corredor estaba abierto y era viable para las dispersiones bióticas” y descubrió que el corredor era potencialmente una ruta viable para que el bisonte viajara a través de él hace unos 13.000 años, o sea, un poco antes que el estudio de Nature.
Los geólogos sabían desde hace tiempo que los imponentes casquetes polares constituían una formidable barrera para la migración desde Asia a América hace entre 26.000 y 10.000 años. Por ello, el descubrimiento en 1932 de las puntas de lanza Clovis, que en aquel momento se creía que tenían unos 10.000 años de antigüedad, supuso un problema, dada la abrumadora presunción de la época de que los antiguos indios habían llegado caminando desde Asia hacia esa época. En 1933, el geólogo canadiense William Alfred Johnston propuso que, cuando los glaciares empezaron a derretirse, se dividieron en dos grandes placas mucho antes de desaparecer por completo, y que entre estas dos capas de hielo podría haber habido gente que pasara a pie, idea que el geólogo sueco-estadounidense Ernst Antevs bautizó como “corredor sin hielo” dos años después.
Los arqueólogos aprovecharon entonces la idea de un corredor para mantener la tenue noción de que los indios habían llegado al continente hace relativamente poco tiempo, hasta que tal creencia se convirtió en una cuestión de fe. Dados los recientes descubrimientos que sitúan a los indios en las Américas hace al menos 14.000 años, ambos estudios acaban de poner fin a la teoría del corredor sin hielo. Como señala Willerslev, “la historia del libro escolar a la que la mayoría de nosotros estamos acostumbrados no parece estar respaldada”. La nueva historia de los libros de texto es que los indios emigraron en barcos por la costa del Pacífico hace unos 15.000 años. Queda por ver cuánto tiempo se mantendrá esa teoría.