Los científicos han identificado un biomarcador que podría constituir la base de una prueba de aliento para la detección de enfermedades hepáticas en fase inicial.
En la revista EBioMedicine, un estudio dirigido por la Universidad de Birmingham, en el Reino Unido, sugiere que los niveles elevados de un compuesto natural llamado limoneno en el aliento podrían ser un signo de cirrosis hepática en fase inicial.
La investigadora principal y de física molecular, la doctora Margaret O’Hara, afirma que ya sabemos que el aliento de las personas con enfermedades hepáticas tiene un olor muy característico, y querían averiguar cuál es la causa. Añade:
“Ahora que hemos encontrado un biomarcador de la enfermedad en el limoneno, podemos seguir comprobando su eficacia para diagnosticar enfermedades hepáticas”
El limoneno es un compuesto natural que se encuentra en frutas y verduras y en abundancia en cítricos como las naranjas y los limones. También se encuentra en cosméticos, perfumes y productos de limpieza y se utiliza para dar sabor a los caramelos.
Debido a que los síntomas suelen ser vagos y a menudo leves durante las primeras fases, los pacientes con enfermedades hepáticas no suelen acudir al médico hasta que la enfermedad está avanzada y el hígado está más dañado. Incluso entonces, los síntomas pueden confundirse con los de otras enfermedades. Pueden incluir fatiga, ictericia, hemorragias, hinchazón, facilidad para la aparición de hematomas, confusión y náuseas.
La cirrosis se produce cuando el daño continuo y prolongado hace que el hígado quede tan cicatrizado que no puede funcionar correctamente. La enfermedad puede provocar insuficiencia hepática y cáncer. En la actualidad, la única opción de tratamiento para la cirrosis hepática avanzada es el trasplante de órganos.
En EE.UU., la cirrosis hepática es la duodécima causa de muerte en general y la quinta en personas de entre 45 y 54 años.
A principios de este año, un estudio dirigido por la Facultad de Medicina Stritch de la Universidad Loyola de Chicago descubrió que la cirrosis hepática es más común en EE.UU. de lo que se pensaba. Los investigadores sugieren que la enfermedad afecta a 633.000 adultos de la población estadounidense y no a 400.000 como se pensaba, y que el 69% de los estadounidenses que la padecen no se dan cuenta de que la tienen.
En el Reino Unido, donde se realizó el nuevo estudio, las enfermedades hepáticas han aumentado considerablemente en las últimas décadas hasta convertirse en la tercera causa de muerte prematura, y el 75% de las muertes están relacionadas con el alcohol.