El aspartamo tiene mala fama. Se sospecha que causa cáncer y depresión. Sin embargo, un nuevo vídeo de la Sociedad Americana de Química reúne las últimas investigaciones sobre este aditivo alimentario, y no es tan malo como podría pensarse.
Este clip de cuatro minutos, que menciona varios estudios revisados por expertos, forma parte de la serie de vídeos científicos Reactions de la Sociedad Americana de Química (ACS). La Sociedad Americana de Química es una organización independiente de químicos, constituida por el Congreso, que publica unas 50 revistas académicas.
Las preguntas sobre el aspartamo están relacionadas con sus metabolitos, es decir, los productos químicos que se crean cuando nuestro cuerpo digiere el sustituto del azúcar. Los críticos han expresado su preocupación por los metabolitos metanol y fenilalanina.
Con el tiempo, el metanol puede producir el conocido carcinógeno formaldehído. Aunque esto pueda parecer aterrador, el vídeo afirma que el cuerpo produce y utiliza en realidad 1.000 veces más formaldehído del que se podría consumir a través del aspartamo. Después de ayudar a producir proteínas importantes, el formaldehído se convierte en ácido fórmico y sale del cuerpo a través de la orina.
Algunos estudios han demostrado que la fenilalanina producida por el aspartamo no se filtra en nuestros cerebros y causa depresión. La leche contiene ocho veces más fenilalanina que el aspartamo, lo que significa que su tazón matutino de cereales Fiber One -que también contiene esta sustancia química- probablemente no le deprimirá. Además de la leche y los cereales, el aspartamo también se encuentra en algunos tipos de chicles, barritas nutricionales, yogures y otros alimentos.
Además, el vídeo afirma que estudios recientes desmienten la idea de que algunas personas sean hipersensibles al aspartamo o que éste provoque trastornos cognitivos.
Es poco probable que una persona pueda acercarse a los niveles de aspartamo considerados inaceptables por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos. Para ello, tendría que consumir 97 paquetes de azúcar con aspartamo o más de 17 latas de refresco dietético en menos de 24 horas.
Lo que no se aborda en este vídeo es la investigación emergente, aunque limitada, que plantea preguntas sobre cómo los edulcorantes artificiales afectan a las bacterias intestinales y a la intolerancia a la glucosa.
Nota del editor: Este artículo se ha actualizado para aclarar el papel que desempeña la Sociedad Americana de Química en la comunidad científica y para destacar estudios recientes sobre otros edulcorantes artificiales, concretamente la sacarina. El titular se ha actualizado para reflejar los estudios específicos sobre el aspartamo que se comentan en el vídeo.