Desde la realeza más poderosa de la historia hasta un pueblo no contactado del estado de Nueva York, hablamos de algunas de las personas más endogámicas de todos los tiempos.

Los Blue Fugates de Kentucky eran un grupo aislado de colonos que, a través de un raro gen recesivo, desarrollaron la piel azul. Debido a su piel azul y a su ubicación aislada, empezaron a endogamiar, convirtiéndose finalmente en una especie de leyenda local -los hillbillies azules que viven en los bosques- hasta que reaparecieron en la década de 1960.

Allentown, Nueva York, es un pueblo del estado de Nueva York que quedó aislado del resto de la sociedad después de que una presa inundara el valle donde vivían. Llaman a su comunidad The Hollow, pero los forasteros la llaman Allentown porque casi todo el mundo allí es de la misma familia.

Los Habsburgo de Europa fueron una de las familias más poderosas de la historia, gobernando el Sacro Imperio Romano en Europa del Este hasta principios del siglo XX. Pero un segmento de los Habsburgo en España, conocido como los Habsburgo españoles, participó en el incesto y la endogamia durante tanto tiempo que desarrollaron la mandíbula de los Habsburgo, una deformidad genética que se agravó tanto que muchos apenas podían hablar. Fue Carlos II de España el que finalmente puso fin a esta práctica porque era tan endogámico que no podía reproducirse.

Y la familia real egipcia del antiguo Egipto practicó la endogamia durante más de mil años porque creían que la única persona que podía aparearse con un faraón era alguien de su familia, al fin y al cabo eran dioses vivientes. Cuando nació el rey Tutankamón, su linaje estaba tan arruinado que tenía múltiples deformidades genéticas y murió con sólo 18 años.