La tricotilomanía es un trastorno que puede tener efectos físicos negativos muy visibles. Y lo que es más importante, tirarse del pelo puede causar efectos devastadores en la mentalidad y las emociones de una persona, ya que ésta puede desarrollar sentimientos de culpa, vergüenza, ansiedad y depresión por el trastorno, lo que a su vez podría provocar que se aísle y se retraiga.
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Este aspecto del trastorno se ve especialmente magnificado cuando el foco de atención se centra en la presencia de tricotilomanía en los niños, sobre todo una vez que los niños pasan a la cúspide de la adolescencia. Cuando los niños de este rango de edad en particular sufren de tirones de pelo, el impacto emocional negativo podría amplificarse aún más debido a otros factores que pueden ocurrir al mismo tiempo. Algunos de estos factores son:
- El inicio de la pubertad
- Un sentido de la independencia en desarrollo
- Una tendencia a experimentar sentimientos negativos de forma intensa
Debido a esto, los niños con tricotilomanía que también están experimentando los dolores del crecimiento adolescente pueden ser un desafío. Una de las formas de sofocar esto es familiarizarse con los aspectos básicos relacionados con la tricotilomanía en los niños.
Métricas importantes de la tricotilomanía
Aunque la tricotilomanía puede presentarse en cualquier rango de edad -incluidos los bebés-, los estudios muestran que su pico de aparición se produce entre los 9 y los 13 años, y especialmente los picos entre los 12 y los 13 años. Esta es una métrica importante para los padres; ya que los niños con tricotilomanía que están en esta etapa de la vida pueden sentir que son los únicos que están luchando esta batalla, estas métricas les ayudarán a darse cuenta de que su condición es compartida por más personas en su rango de edad que en cualquier otro momento de su vida.
Además, mientras que las métricas relacionadas con la prevalencia de la tricotilomanía a lo largo de la vida parecen indicar que el trastorno afecta más a las mujeres que a los hombres, hay que tener en cuenta que los estudios muestran que la tasa de tirones de pelo en los niños es igual entre los niños y las niñas, hasta la edad máxima inclusive. Esto ha llevado a la teoría de que el cambio de género en la prevalencia se debe a que el trastorno no se reporta en los hombres adultos y no es indicativo de la condición en sí. Esta distinción es importante para los padres de los hombres que se arrancan el pelo, que pueden señalar esta prevalencia de discrepancia de género a lo largo de la vida como un medio para sentirse más aislados.
Signos y síntomas
Los signos de la tricotilomanía en los niños son similares a los signos de la tricotilomanía en los adultos. Dicho esto, los signos varían de un niño a otro. Por ejemplo, algunos niños pueden arrancarse mechones de pelo a la vez, mientras que otros pueden arrancarse un mechón a la vez. Además, algunos niños pueden arrancarse el pelo conscientemente (un comportamiento conocido como tirón de pelo focalizado), y otros niños pueden empezar a arrancarse el pelo mientras están en un estado de “trance” (un comportamiento conocido como tirón de pelo automático).
Las razones del ataque de la tricotilomanía también varían. Para algunos niños, tirarse del pelo podría ocurrir porque asocian una sensación de placer o alivio de un impulso al realizar el acto. Para otros, podría desencadenarse debido a la experiencia de un incidente traumático.
Independientemente del origen del trastorno, la gama de síntomas resultantes de la tricotilomanía en los niños es similar. Desde el punto de vista físico, el síntoma principal es la aparición de parches de calvicie en la cabeza. Este síntoma coincide con las tendencias típicas de los niños a arrancarse el pelo; aunque algunos niños pueden arrancarse el pelo de otras partes del cuerpo, como las cejas, las pestañas, los brazos o las piernas, la zona más común para arrancarse el pelo es el cuero cabelludo. Otro signo físico puede ser la aparición de piel irritada en los lugares donde se producen los tirones de pelo. Con el tiempo, esto puede llevar a que la piel desarrolle diversas infecciones. Si un niño también muestra una tendencia a comerse el pelo que se ha arrancado, el resultado podría ser la formación de una obstrucción gastrointestinal o incluso una bola de pelo (también conocida como tricobezoar).
Los síntomas emocionales relacionados con la tricotilomanía podrían ser incluso más acuciantes que los aspectos físicos. Un niño que se tira del pelo puede experimentar sentimientos de culpa, vergüenza, bochorno o depresión como resultado de tirarse del pelo; en algunos casos, estos sentimientos también desencadenan el impulso de volver a tirarse del pelo como mecanismo de afrontamiento. Los sentimientos de depresión y ansiedad que surgen de los episodios de tirones de pelo también pueden afectar a otros aspectos de su vida. Cuando esto ocurre, el niño puede sentir que su autoestima ha disminuido significativamente, lo que podría traducirse en un deseo de aislarse voluntariamente y retirarse de tantas situaciones sociales como sea posible.
Estas emociones también pueden tener un impacto adverso en los padres del niño, ya que pueden no ser capaces de entender por qué su hijo no puede dejar de tirarse del pelo. Esto podría provocar sentimientos de frustración y enfado por parte de los padres, lo que a su vez podría hacer que el niño se sintiera aún más deprimido y aislado.
Búsqueda de tratamiento
Existen varios métodos de tratamiento que están disponibles para ayudar a los niños a enfrentarse a la tricotilomanía. El más destacado de estos tratamientos es la terapia cognitivo-conductual; una forma especializada de terapia que contiene varios métodos variados diseñados para ayudar al niño a reconocer los pensamientos, sentimientos y comportamientos que están relacionados con el tirón de pelo. Aunque el objetivo final de este tipo de tratamiento es ayudar al niño a encontrar formas de superar los desencadenantes típicos de la tricotilomanía, también proporciona a los niños un entorno de apoyo que les permite hablar libremente del problema sin temor a ser juzgados.
Más importante aún, la terapia da al niño la oportunidad de darse cuenta de que no es la única persona que sufre tirones de pelo. Esta es una comprensión importante para el niño, incluso antes de que se busque un tratamiento. Teniendo en cuenta todos los otros cambios que pueden estar ocurriendo en el cuerpo de un adolescente durante el pico de presentación de la tricotilomanía, encontrar maneras de inculcar un sentido de que no están solos en el tratamiento del trastorno puede ayudar mucho a combatir los efectos emocionales negativos que hacen que esta condición sea tan difícil.