La palabra “malnutrición” nos hace pensar en los que viven en países del tercer mundo, en ciudades devastadas por la guerra o en los que viven en la pobreza extrema. Pero, ¿piensa usted en sus abuelos? ¿O en sus padres ancianos?
En Estados Unidos, la desnutrición es una epidemia oculta entre nuestros más frágiles: los ancianos. Uno de cada dos adultos mayores corre el riesgo de sufrir desnutrición. Algunos factores que pueden conducir a la desnutrición en los ancianos no tienen nada que ver con su nivel de ingresos o su tamaño corporal. La desnutrición en los mayores de 65 años a menudo pasa desapercibida y no se trata suficientemente.
La desnutrición se produce cuando el cuerpo no recibe el equilibrio de calorías y nutrientes para mantenerse sano. Puede afectar no sólo a quienes no pueden permitirse ni tener acceso a alimentos nutritivos, sino que puede ocurrirle a cualquiera. Los adultos mayores están especialmente en riesgo debido a uno o más factores que vienen con la edad. Y esta falta de nutrición llega en un momento de su vida en el que más la necesitan!
¿Factores que contribuyen a la desnutrición en los ancianos?
- El sentido del olfato y del gusto puede debilitarse
- El sistema digestivo y el metabolismo se ralentizan
- Los problemas de masticación y deglución pueden dificultar la ingesta
- La capacidad de capacidad de absorber nutrientes puede disminuir
- Las necesidades dietéticas cambian
- Las enfermedades crónicas y algunos medicamentos pueden causar pérdida de apetito
- Las limitaciones físicas para hacer la compra cocinar, o alimentarse por sí mismos pueden inhibir la nutrición adecuada y la ingesta de calorías
- Las personas con demencia pueden olvidarse de comer
- Restricciones dietéticas para el tratamiento o la gestión de la enfermedad
- El estrés, la preocupación o la depresión
Las consecuencias de la desnutrición en los adultos mayores son graves y pueden ser fatales. Sin una nutrición adecuada, nuestro cuerpo no puede mantenerse sano. Puede debilitar nuestro sistema inmunitario y dificultar la lucha contra las enfermedades. La desnutrición deja a nuestros ancianos vulnerables a las infecciones, a un tiempo de recuperación más lento y a una curación más lenta de las heridas. También provoca una pérdida de peso y de masa muscular que puede provocar fragilidad, problemas de equilibrio, caídas, fracturas de huesos, discapacidad y pérdida de independencia. La desnutrición también puede contribuir a las complicaciones de la enfermedad y a la hospitalización.
No se puede confiar en el tamaño o el peso del cuerpo para determinar si alguien está desnutrido. Los signos y síntomas en los ancianos pueden ser sutiles y a veces se descartan como parte del envejecimiento normal. Los dos síntomas principales son una pérdida de peso repentina o inesperada; o la pérdida de apetito y la disminución de la ingesta de alimentos. Si le preocupa la nutrición, la pérdida de peso y la salud general de su ser querido que envejece, consulte con su médico.
En Aegis Living, nuestros residentes reciben comidas, tentempiés e hidratación durante todo el día ricos en nutrientes y equilibrados para una dieta saludable. Nuestros chefs crean comidas apetitosas y nutritivas con productos locales frescos y de temporada. Entendemos que el sabor y el olor pueden cambiar con la edad, por lo que lo tenemos muy en cuenta a la hora de planificar el menú.