La esclerosis múltiple es un trastorno neurodegenerativo progresivo que se caracteriza porque el sistema inmunitario ataca por error la proteína de la mielina en el cerebro y la médula espinal. La mielina es el principal componente de la vaina protectora que aísla las células nerviosas.

Cuando el sistema inmunitario ataca la mielina, provoca inflamación y daños permanentes en el sistema nervioso, impidiendo la transmisión eficaz de las señales nerviosas. Esto da lugar a una amplia gama de síntomas, entre ellos el mareo y el vértigo.

¿Qué son el mareo y el vértigo?

El mareo puede utilizarse para describir una serie de sensaciones que incluyen la sensación de mareo, desmayo, desequilibrio y desorientación.

El vértigo es una forma más grave de mareo y se caracteriza por una intensa sensación de giro, que puede provocar problemas de equilibrio y visión, mareo, náuseas y vómitos.

En la esclerosis múltiple, el mareo y el vértigo pueden estar causados por daños en los nervios o por una lesión en la zona del cerebro que coordina varias señales para mantener el equilibrio o el balance.

El mareo y el vértigo pueden causar problemas importantes con el equilibrio, aumentando el riesgo de lesiones por caídas.

¿Cómo se tratan los mareos y el vértigo?

Los síntomas de los mareos y el vértigo pueden ser tratados por un fisioterapeuta, que puede determinar qué posturas desencadenan los síntomas, y luego trabajar con el paciente para crear una resistencia a esto con un programa de ejercicios personalizado. Por ejemplo, en algunos pacientes los síntomas de vértigo pueden desencadenarse al acostarse. La fisioterapia puede mejorar el equilibrio y la coordinación, y el ejercicio puede ayudar a reducir los síntomas de mareo y vértigo.

Un terapeuta ocupacional puede recomendar métodos para aumentar la seguridad de los pacientes cuando se produce un ataque de vértigo, como retirar las alfombras para reducir el riesgo de caídas e instalar barandillas.

Los medicamentos orales para tratar el mareo suelen ayudar a reducir los síntomas del vértigo. Estos incluyen:

• Antihistamínicos, como Antivert (meclizina), Dramamine (dimenhidrinato) y Benadryl (difenhidramina).
• Medicamentos antidepresivos con benzodiazepinas, como Valium (diazepam), Klonopin (clonazepam), Ativan (lorazepam) y Xanax (alprazolam).

En casos extremos, cuando el vértigo se acompaña de vómitos, los medicamentos orales pueden no ser una opción viable. Los corticoesteroides en dosis altas, administrados directamente en el torrente sanguíneo junto con líquidos para reponer el organismo tras los vómitos, pueden utilizarse a corto plazo porque también pueden reducir la inflamación del sistema nervioso y provocar los síntomas de la esclerosis múltiple.

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