No hay que dejarse llevar por el pánico: estos son los datos sobre el ahogamiento retardado para mantener a los niños a salvo

La natación es un divertido pasatiempo nacional en Australia, pero los padres deben tener mucho cuidado con los niños pequeños que se ahogan. En los últimos años también ha habido mucho pánico (y confusión) sobre el ahogamiento seco o secundario – donde los niños han muerto trágicamente horas o días después de salir del agua.

¿Qué es el ahogamiento retardado?

El ahogamiento seco y el ahogamiento secundario son dos formas de ahogamiento retardado que pueden ser potencialmente mortales. Se producen cuando alguien inhala agua mientras nada y, tras salir del agua, parece estar bien, pero luego muere horas o días después. A pesar de que los dos términos se utilizan indistintamente, en realidad hay una diferencia entre el ahogamiento seco y el secundario.

Ahogamiento seco

Cuando se inhala agua por la nariz y/o la boca y se produce un espasmo en las vías respiratorias que las obliga a cerrarse, lo que provoca una incapacidad para respirar. Esto sucede con bastante rapidez, ocurriendo poco después de que se haya tomado el agua y la persona haya salido del agua.

Ahogamiento secundario

Esto ocurre cuando el agua entra en los pulmones y causa inflamación o hinchazón, impidiendo que el cuerpo transfiera fácilmente el oxígeno al dióxido de carbono y viceversa. Puede haber un retraso de hasta 24 horas antes de que un niño muestre síntomas de ahogamiento secundario, lo que dificulta que los padres lo detecten o busquen ayuda antes.

¿Deben los padres entrar en pánico?

Es fácil empezar a entrar en pánico sobre la seguridad de sus hijos cuando parece haber un aumento en el número de informes de los medios de comunicación sobre niños que pierden trágicamente la vida de esta manera. Aunque es importante mantenerse alerta con los niños cerca del agua, esto no debe hacer que tenga demasiado miedo de llevar a sus hijos a nadar. Las posibilidades de que su hijo se ahogue de esta manera son extremadamente escasas. También es importante tener en cuenta que si su hijo ingiere agua clorada de la piscina, ésta ha entrado en su sistema digestivo y puede sentirse mal y vomitar, pero es razonablemente inofensiva. Si ha aspirado (o inhalado) agua, ésta ha entrado en la tráquea y los pulmones y mostrará signos inmediatos de angustia o dificultad para respirar y sabrá que no está bien, incluso si se calma después.

Las señales de advertencia

¿Cómo sabrá realmente si su hijo está sufriendo un ahogamiento retardado? Aquí están todos los signos clave a los que hay que prestar atención cuando se han sumergido o se han sumergido en el agua:

  • Dolor en el pecho – esto es una bandera roja importante e indicará una dificultad respiratoria grave
  • Espuma en la boca – otro signo grave que no debe ser ignorado
  • Tos – la tos persistente puede ser un signo de algo más grave
  • Respiración dificultosa o inusual – si están luchando por respirar o suenan raro, como una respiración rápida, superficial o dificultosa
  • Somnolencia – el letargo puede significar que están privados de oxígeno
  • Comportamiento extraño – el olvido o no actuar con normalidad también pueden ser síntomas de privación de oxígeno
  • Vomitar – la inflamación pulmonar puede causar vómitos, o puede ser un efecto secundario de la tos excesiva
  • Han sido rescatados – cualquier niño que haya estado a punto de ahogarse y/o haya necesitado ser rescatado debe acudir a un médico para recibir más atención médica

niño pequeño nadando en la piscina perro

La prevención es la clave

Aunque es bueno saber qué buscar con el ahogamiento retardado, lo más importante que puedes hacer como padre es prevenirlo en primer lugar (junto con el ahogamiento normal). Estos son nuestros principales consejos para prevenir el ahogamiento en seco o secundario:

  • Enseñe a los niños a nadar: saber nadar correctamente en el agua desde una edad temprana es una obligación para todos los niños australianos.
  • Instale dispositivos de flotación: todos los niños pequeños deben llevar bandas en los brazos y/o dispositivos de flotación con burbujas en la espalda hasta que tengan la edad suficiente para nadar por sí mismos.
  • Supervise adecuadamente: no basta con vigilar desde la distancia, lo ideal es que los padres estén al alcance de la mano de un niño y que un adulto se encargue de vigilar a cada uno de ellos, incluso si hay muchos niños nadando.
  • Sea inteligente con la piscina: no deje nunca la puerta de la piscina abierta y asegúrese de tener una valla segura a la que no pueda acceder ningún niño trepando a los árboles o algo similar.
  • Tenga cuidado con los niños asmáticos – los expertos creen que los niños con afecciones respiratorias existentes, como el asma, pueden ser más propensos a ahogarse de forma retardada, así que asegúrese de prestar aún más atención a los que lo hacen cuando nadan o si parecen tomar agua.
  • Aprenda RCP – tenga carteles con instrucciones alrededor de la piscina, invierta en un Rashie de rescate o tome clases de RCP para saber qué hacer en caso de emergencia por ahogamiento.
  • Revisión médica tras el rescate – si su hijo se ha ahogado o ha necesitado un rescate, aunque parezca que está bien, es esencial que lo revise un profesional médico.

Si alguna vez está preocupado por su hijo que ha estado nadando y sospecha que se trata de un caso de ahogamiento retardado, llame al 000 inmediatamente.

Publicado el 15 de febrero de 201831 de marzo de 2019 por Susan Taylor
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