Simon Pollard, zoólogo de invertebrados del Museo de Canturbury, respondió.
Todas las células vivas que componen nuestro cuerpo y el de una araña necesitan un suministro constante de oxígeno para sobrevivir y éste es bombeado por un corazón a través de los vasos sanguíneos. En el caso de las personas, una proteína especial llamada hemoglobina, que se almacena en el interior de los glóbulos rojos, transporta las moléculas de oxígeno. Nuestra sangre es roja porque la molécula de hemoglobina contiene hierro oxigenado. La sangre de las arañas, o hemolinfa, es azul porque la proteína que transporta el oxígeno, la hemocianina, contiene cobre oxigenado. La hemocianina no se almacena en las células sanguíneas, sino que flota libremente en la hemolinfa.
Las arañas tienen un corazón muy simple, que está en su abdomen, y es poco más que un tubo con un par de válvulas para asegurar que la sangre fluya en una dirección. Cuando los músculos unidos al corazón se contraen, el tubo se agranda y se llena de líquido. A continuación, los músculos se relajan y la sangre es expulsada del corazón y rodea el cuerpo de la araña. El latido del corazón generado por la contracción y relajación de los músculos varía en función de lo que haga la araña. Por ejemplo, una araña lobo tiene un ritmo cardíaco en reposo de unos 50 latidos por minuto, pero éste aumentará a unos 180 latidos por minuto si está corriendo.
Con un microscopio, se puede ver fácilmente el latido del corazón bajo la fina pared del abdomen en las arañas de color claro. Y un corazón acelerado será una señal reveladora de que a la araña le gustaría estar huyendo!