El propósito de esta revisión es destacar la evidencia de que la progesterona micronizada oral (progesterona) es eficaz para los sofocos y los sudores nocturnos (síntomas vasomotores, VMS), mejora el sueño y es probablemente segura en las mujeres menopáusicas (que tienen más de 1 año desde la última menstruación). Los métodos incluyen ensayos clínicos controlados aleatorios (ECA) complementados con datos de ciencia básica, poblacionales y observacionales, según sea necesario. La barrera para el uso de la progesterona es la falta de conciencia de que los problemas de seguridad con los estrógenos -incluyendo la “terapia hormonal para la menopausia” (MHT)- no son aplicables a la progesterona. En un único ECA de 3 meses, la progesterona (300 mg a la hora de acostarse) fue un tratamiento eficaz del VMS en 133 mujeres menopáusicas sanas. Provocó una disminución global del 55% del SMV, sin rebote del SMV relacionado con la abstinencia y una mayor disminución del SMV en 46 mujeres con ≥50 SMV/semana de intensidad moderada. La progesterona es igual o más eficaz que el estradiol para mejorar la función endotelial cardiovascular y no causó problemas de seguridad cardiovascular en un ECA de 3 meses. Un estudio de cohortes prospectivo de 8 años (E3N) en más de 80 000 mujeres menopáusicas demostró que la progesterona prevenía el cáncer de mama en las mujeres tratadas con estrógenos. Múltiples ECA confirman que la progesterona (300 mg diarios antes de acostarse) no causa depresión y mejora el sueño profundo. En conclusión, la progesterona trata eficazmente el SMV, mejora el sueño y puede ser la única terapia que necesitan las mujeres sintomáticas, menopáusicas a una edad normal y sin osteoporosis.
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