¿Qué constituye una evaluación del habla y del lenguaje?

PreguntaSoy pediatra en formación. Cuando un niño es remitido a un patólogo del habla y el lenguaje, ¿qué constituye una evaluación?Respuesta

Cuando un niño es remitido a un patólogo del habla y el lenguaje, una de las primeras preguntas que se hacen es: “¿Tiene este niño un trastorno de la comunicación?” Si se determina que el niño tiene un trastorno de la comunicación, ¿qué aspectos de la comunicación están afectados? Otras áreas que deben abordarse son: determinar las reacciones del cliente y/o de la familia ante el trastorno, identificar los problemas asociados, determinar los factores que pueden agravar los problemas y determinar el pronóstico. Por lo tanto, la evaluación consiste en recopilar información (por ejemplo, entrevistas, cuestionarios escritos, pruebas estandarizadas, observación y observación instrumentada).
Típicamente, la evaluación comienza con una historia clínica. La historia del caso suele incluir una historia del caso escrita, una entrevista para obtener información y la información de otros profesionales. También es importante la identificación de los factores que contribuyen a ello (p. ej., la discapacidad auditiva, los factores médicos, los problemas dentales, etc.). La evaluación implica el examen del mecanismo del habla, comúnmente denominado examen del mecanismo oral. Esto se considera el examen físico del mecanismo del habla (boca y estructuras relacionadas). Examinamos la adecuación estructural y funcional del mecanismo oral (por ejemplo, la amplitud de movimiento, la fuerza, la simetría del movimiento). Otra área de evaluación es la valoración de la producción de sonidos del habla, conocida como articulación. Las tareas implican el muestreo del habla y la prueba de estimulación de errores. Las habilidades de articulación de un niño se juzgarán en función del número de errores, los tipos de error, las formas de error, la consistencia de los errores, la inteligibilidad, la velocidad del habla y la prosodia.
Como parte de la evaluación, hay que examinar los procesos motores básicos (respiración, fonación, resonancia, prosodia, además de la articulación) que intervienen en la producción del habla. La evaluación de la capacidad lingüística del niño (tanto receptiva como expresiva) es crucial para el proceso de evaluación. Al evaluar las habilidades lingüísticas de un niño, la evaluación debe centrarse en las siguientes áreas: pragmática (uso del lenguaje en el contexto para expresar la intención), sintaxis (patrones de combinación de palabras), morfología (conjunto de inflexiones que permiten alterar las palabras), semántica (desarrollo del vocabulario del niño) y fonología (sistema de sonidos). Las medidas del lenguaje receptivo incluyen la identificación de la capacidad del niño para comprender y seguir instrucciones.
Otra área de la evaluación es la valoración de las habilidades de fluidez del niño. Las medidas de evaluación examinarán e identificarán cualquier disfluencia en el habla del niño. La voz es otra área de evaluación que es un componente de la evaluación logopédica. Las medidas de evaluación identificarán si existe una anormalidad persistente en el sonido de la voz. Además, puede realizarse una evaluación de la deglución para investigar las capacidades de deglución del niño.
Como parte de la evaluación se suele realizar un cribado auditivo. El cribado se utiliza para identificar si el niño necesita una evaluación adicional que debe realizar un audiólogo.
El logopeda utilizará las normas de desarrollo y las medidas estandarizadas para hacer un diagnóstico de las deficiencias de comunicación. El suministro de información al cliente en forma de informe escrito concluye la evaluación.

Shipley, K., & McAfee, J. (2004). Assessment in Speech-Language Pathology: A resource manual (3ª ed.). New York: Delmar Learning.
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La Dra. Angela Sherman es logopeda desde hace 11 años. Es profesora asociada en la Louisiana Tech University, Ruston, Louisiana. Reside en Calhoun, Luisiana.

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