Empezamos con un SUV grande, alto y pesado. Le añadimos muchos caballos de fuerza y reducimos la distancia al asfalto. El objetivo principal de cualquier todoterreno queda así derrotado.
Por absurdo que sea, al mercado parece gustarle. Esto justifica por sí solo la existencia de “criaturas” como el Porsche Cayenne Turbo S, el BMW X6M o incluso el Mercedes-AMG G65, que se acercan e incluso superan los 600 caballos de potencia, con un peso felizmente superior a las dos toneladas y un centro de gravedad digno de un edificio.
Jeep, una marca americana que debe toda su existencia a los coches todoterreno y los SUV, no podía quedarse atrás. Los 481 CV del Jeep Grand Cherokee SRT ya no eran suficientes para hacer frente a la competencia. Y la respuesta de Jeep no puede ser más clara.
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El más potente de la historia
¡El nuevo Grand Cherokee Trachawk se convierte en el SUV más potente y uno de los más rápidos de la historia! Son 717 CV extraídos de un V8 sobrealimentado de 6,2 litros. Precisamente el mismo motor que equipa el Dodge Charger y el Challenger Hellcat. Entramos en el reino de la locura…
Y si en los modelos de Dodge, un solo eje de transmisión no parece ser suficiente para controlar los 717 caballos y 875 Nm del poderoso V8, poner este motor en el Grand Cherokee trajo la ventaja de la tracción total.
A pesar de añadir más de 300 libras sobre el Challenger Hellcat (automático), el Jeep Grand Cherokee Trackhawk consigue igualarlo en aceleración de 0 a 96 km/h. Tarda sólo 3,5 segundos en alcanzar esa cifra y el primer cuarto de milla se logra en sólo 11,6 segundos a 183 mph. Al motor no parecen importarle las casi 2,5 toneladas de peso del Grand Cherokee Trackhawk, y los 717 caballos de potencia hacen que el SUV alcance una velocidad máxima de 290 mph!
Disponible sólo con una transmisión automática de ocho velocidades, el Grand Cherokee Trackhawk tiene varios modos de conducción que permiten que los 717 caballos de potencia se distribuyan de forma variable entre los dos ejes. En el modo normal, el 60% de la potencia se envía al eje trasero, en el modo Sport esa cifra pasa a ser del 65% y en el modo Track (modo Circuito… en un SUV) del 70%. También dispone de un modo Nieve, en el que reparte la potencia al 50% entre los dos ejes y un modo Remolque en el que pasa a ser el eje delantero el que recibe el 60% de la potencia.
Una pieza de la versatilidad del SUV que no se ha olvidado: la capacidad de remolque. El peso máximo remolcable supera ligeramente las 3260 libras, lo que significa que podemos utilizar nuestro SUV de 717 caballos para tirar de un remolque que lleve nuestro muscle car de 717 caballos. Si el rendimiento en línea recta impresiona, no olvidemos que el SUV también tiene que tomar las curvas. El Grand Cherokee Trackhawk ha sido comprensiblemente revisado dinámicamente, optimizado para el rendimiento en el asfalto. El punto de partida fue el Grand Cherokee SRT y los cambios realizados fueron para hacer frente a los 236 caballos extra y a los 117 kilos de lastre extra.
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La distancia al suelo se ha reducido en 25 mm y, naturalmente, viene equipado con gomas más adecuadas para el asfalto. Mantiene la suspensión adaptativa y los amortiguadores siguen siendo Bilstein pero han sido revisados. Los muelles delantero y trasero son más rígidos en un 9 y un 15% respectivamente. Las vías también son más anchas en 33 mm delante y 2,5 mm detrás.
Frenar el impulso de los 717 caballos de potencia y las casi 2,5 toneladas de peso es una misión para un sistema de frenos de Brembo. Basado en el del SRT, el Trackhawk viene con discos de dos piezas delante aumentados en 19 mm hasta los 401 mm de diámetro, con pinzas de freno de seis pistones.
Según Jeep, gracias a este conjunto de cambios, el Grand Cherokee Trackhawk consigue 0,88 g de aceleración lateral. Impresionante para un todoterreno.
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En el exterior, la discreción parece haber sido la consigna. En comparación con el SRT no hay diferencias significativas. El SUV trae unas llantas de 20 pulgadas de diseño exclusivo, cuatro salidas de escape agrupadas de dos en dos, pinzas de freno en amarillo (como el Hellcat) y algunos distintivos. También se han eliminado los faros antiniebla, por necesidad de canalizar más aire al V8 sobrealimentado.
¡El SUV más potente de la historia está aquí y es un Jeep!
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