‘Robotripping’: Lo que los residentes deben saber

El DXM se encuentra habitualmente en los preparados de venta libre para el resfriado y la tos. Cuando se utiliza en las dosis terapéuticas, el DXM tiene propiedades supresoras de la tos a través de su acción sobre la médula. Sin embargo, los preparados de venta libre que contienen DXM se utilizan cada vez más de forma recreativa por los efectos psicoactivos de la droga, una práctica denominada “robotización”. Este uso puede dar lugar a un toxidromo de delirio con agitación, paranoia y alucinaciones.1 Los residentes deben ser capaces de reconocer los signos de abuso de DXM y manejar sus complicaciones potencialmente graves.

Cómo funciona el DXM

El DXM tiene una amplia ventana terapéutica. Una dosis terapéutica típica para la tos es de hasta 120 mg/día. Los efectos adversos más comunes son leves (fiebre, diaforesis, mareos, náuseas). A dosis más altas, actúa como un inhibidor no selectivo de la recaptación de serotonina, un agonista del receptor sigma-1 y un antagonista del receptor de N-metil-d-aspartato (NMDA). El DXM produce efectos psicoactivos a través de su metabolito activo, el dextrorfano, que tiene una alta afinidad por el NMDA. De este modo, puede producir efectos disociativos y estimulantes. Aunque la cantidad de DXM en los preparados comerciales para el resfriado y la tos es modesta, las instrucciones para su extracción y purificación están fácilmente disponibles en Internet.

Los efectos adversos incluyen alucinaciones, desorientación, manía y agresividad con delirios de habilidades sobrenaturales e insensibilidad al dolor; estos efectos son similares a los producidos por la fenciclidina (PCP).2-4 Desde el punto de vista fisiológico, a menudo se observa diaforesis, hipertermia y taquicardia.3,5 Estas presentaciones conllevan un riesgo significativo de mortalidad, por lo que es necesario un reconocimiento y manejo adecuados.

4 Fases de la intoxicación

Los usuarios de DXM han descrito 4 fases conductuales progresivas que varían con la dosis.3,6,7 En primer lugar, con 1,5 a 2,5 mg/kg, los usuarios informan de efectos estimulantes con alteraciones perceptivas similares a las producidas por la 3,4-metilendioximetanfetamina (“éxtasis”). La segunda fase, que se alcanza entre 2,5 y 7,5 mg/kg, es similar a la intoxicación por alcohol y marihuana, pero incluye una disfunción más pronunciada de las habilidades motoras, cognitivas y perceptivas, y tal vez alucinaciones visuales.3,6,7 La tercera fase, observada entre 7,5 y 15 mg/kg, se asemeja a la intoxicación por ketamina, con una fuerte disociación y alucinaciones.3,6,7 En dosis mayores, pueden producirse experiencias extracorporales, similares al trance. Las percepciones erróneas delirantes a menudo conducen a un comportamiento violento y a una percepción limitada del dolor. Los usuarios pueden experimentar un largo curso de cualquiera de estas fases, con presentaciones que duran hasta 1 o 2 semanas después de interrumpir el uso.8

El manejo es principalmente de apoyo

El reconocimiento temprano del uso de DXM es esencial para el tratamiento. Desgraciadamente, sin informes colaterales, esto puede ser un reto porque se necesitan exámenes toxicológicos especializados para detectar el DXM. Las pruebas básicas a veces muestran un falso positivo para PCP. Haga un inventario de todas las sustancias que posee el paciente, ya sea examinando sus pertenencias u obteniendo información colateral de la familia o los amigos del paciente.

Se deben implementar cuidados de apoyo, con el objetivo principal de controlar la agitación. Las benzodiacepinas de corta duración son útiles. Los antipsicóticos en dosis bajas y de corta duración han demostrado ser beneficiosos cuando las alucinaciones y la paranoia son prominentes.3 Se recomienda disminuir la estimulación y evitar las restricciones físicas mientras se intenta controlar la agresión y la psicosis con estos medicamentos. El uso de sujeciones físicas en un individuo que se encuentra en un estado de delirio agitado puede provocar lesiones graves, paros cardíacos y respiratorios, y la muerte.9-11

Los pacientes suelen experimentar una remisión rápida y completa de los síntomas tras suspender el uso de DXM. Sin embargo, la evidencia sugiere que los usuarios de DXM pueden desarrollar tolerancia así como dependencia psicológica y fisiológica. La abstinencia de DXM puede ser bastante prolongada y puede incluir ansiedad, disforia, insomnio y suicidio.

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